«Acabé muy quemado del fútbol, ya no veo ni un partido»

-¿Cuáles fueron sus comienzos en el mundo del fútbol?

-Empecé con nueve años en el Flamenco hasta los 16, cuando llegué al Cádiz juvenil, donde estuve dos años, luego jugué dos campañas más en el filial hasta llegar a la primera plantilla.

-Existiendo la rivalidad que hay entre el Xerez y el Cádiz, ¿por qué acabó recalando en el equipo amarillo?

-Hay que tener en cuenta que en aquella época el Cádiz estaba en Primera y tenía más medios que el Xerez. El Cádiz nos pagaba el alojamiento y nos daba una beca para estudiar, cosa que no se podía permitir el Xerez. En aquella época yo llegué a coincidir con hasta nueve jerezanos ahí.

-Aparte del Xerez, jugó también en el Levante y en el Dos Hermanas.

-Sí, en el Levante estuve una temporada, en la que coincidí con otro jerezano, Chicha. Luego volví al Xerez, que me cedió media temporada al Dos Hermanas, en la que tuve como entrenador a Alcaraz.

-Y de ahí vuelve al Xerez, con el que asciende a Segunda División.

-Sí, fue la temporada que empezó como técnico Gail y que acabó con el ascenso de Máximo Hernández.

-Y a punto de afrontar una bonita temporada en Segunda con el equipo de su tierra y con Schuster como entrenador, tiene que dejar el fútbol.

-Pues sí. Yo ya había tenido problemas de rodilla en mi etapa en el Cádiz, pero haciendo el stage de pretemporada en Alemania ya no podían más mis rodillas, me ardían. Cuando volvimos me operaron, y entonces fue cuando me dijeron que si no quería acabar con una prótesis tenía que dejar el fútbol.

-¿Sigue la actualidad del Xerez?

-Si soy sincero, sólo por lo que me comentan los amigos. Acabé muy quemado del fútbol, y más por la forma en la que lo dejé, con sólo 28 años. Ahora ya ni veo los partidos de Primera División.

-En cambio, entrena a los alevines del Veteranos del Xerez.

-Es que es diferente. Aquí tengo la oportunidad de enseñarles todo lo que sé, educarlos deportivamente. Esto sí me llena, porque por lo demás, en el fútbol hay mucha mentira.