«Me ceden para que juegue y es una pena que ahora no pueda estar ante el Cádiz»

Javier Acuña sigue progresando por tierras charras después de que este verano le cerraran las puertas en la Tacita de plata. El paraguayo, que volverá en julio al Cádiz tras la cesión al Salamanca, está disfrutando de minutos (669) y partidos (11, siete de ellos como titular) en el equipo castellano.

El pasado domingo entró en el once del conjunto salmantino en el partido ante el Sevilla Atlético. No obstante, este fin de semana se verá cortada su proyección ya que una cláusula en el contrato de cesión le impedirá jugar ante el Cádiz, su club de origen. «Es una pena porque quería seguir teniendo partidos. Al principio no contaron conmigo por lo que deberían dejarme jugar, pero hay que respetar la cláusula», comenta el delantero.

Menos presión

El paraguayo está muy contento «porque la gente me ha tratado muy bien y el equipo está unido». Destaca la tranquilidad existente. «Hay menos presión que en Cádiz, donde la gente lo vive con más pasión. Pero es muy bueno tener una afición que llene los estadios, como pasa en Carranza».

Lamenta «las lesiones, que me han tenido mucho tiempo parado. Pero ahora estoy jugando bastantes y voy a mejorar en la segunda vuelta para hacer más goles». Por ahora lleva dos, uno en Liga y otro en Copa.

Con 19 años «llevo ya muchos partidos en Segunda y voy creciendo como futbolista y persona. Me veo mejor jugador y lo notarán cuando regrese a Cádiz».

El delantero se muestra sorprendido ante la situación que ocupa en la tabla su ex equipo. «Me esperaba más y me sorprende que no esté más arriba, pero no está muy lejos del tercero y todavía puede remontar para lograr el ascenso». No cree que hicieran falta más delanteros «porque Dani y Casas lo estaban haciendo bien».

El Salamanca cuenta con 29 puntos, los mismos que el Cádiz, «pero el club se ha marcado el objetivo de la permanencia. Los futbolistas no nos conformamos y queremos ir hacia arriba pese a que estamos en una situación muy cómoda».

Espera que «el año que viene cuenten conmigo en Cádiz», y reconoce que tiene «el corazón dividido. Mi primer equipo en Europa fue el Cádiz, y ahora lo doy todo por el Salamanca. Un empate no nos vendría mal a ninguno de los dos». Y recalca su pena. «Me encantaría jugar este partido, pero lo tendré que ver desde la grada».