DONDE LAS CALLES NO TIENEN NOMBRE

El día que la EPA nos dejó las vergüenzas al aire

Esta ciudad nuestra a la que tanto amamos parece no cansarse de ser alimentada constantemente a base de promesas. Aún cuando parece que está al borde de una muerte segura por inanición, se deja llevar por los cantos de sirena o las profecías del primer charlatán que pase por la puerta. Las cifras macroeconómicas se traducen en este rincón de la península ibérica en verdaderos derechazos a la mandíbula de nuestra endeble existencia y , como está sucediendo en la actualidad, cuando de El Cuervo para arriba están empezando a estornudar nosotros tenemos ya una pulmonía encima de padre y muy señor mio.

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Soy de los que pienso que, al igual que en las décadas de los ochenta y noventa, es la economía sumergida la que mantiene a flote una ciudad como Jerez cuando llegan las vacas flacas, o más bien cuando no terminan de irse. De lo contrario, ya hace tiempo que habría ardido la calle Larga, Consistorio y algún edificio de la plaza del Arenal. Alguno tendrá que tragarse sus palabras cuando se conozcan los números reales de la gente que se busca la vida bajo cuerda para tener la oportunidad de subsistir cada mes.

Estas reflexiones me vienen al teclado del ordenador tras releer unos datos que, en esta semana de turismo y caballos cartujanos en el parque del Retiro de Madrid, han pasado totalmente inadvertidos. Fue Ana Huguet en los informativos de Radio Jerez la primera en hacerse eco de la realidad que escondían las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) en Jerez. Este estudio va mucho más allá de las listas del paro que ofrece cada mes el Servicio Andaluz de Empleo, y que, como se dice desde los despachos de la Junta, no es más que una relación de demandantes de empleo. La EPA hace una radiografía mucho más a fondo de nuestra salud sociolaboral, y en el caso de Jerez pueden ustedes ponerse en lo peor.

Días atrás se habían dado a conocer los datos a nivel nacional y provincial. En España, la tasa de paro, según la EPA, alcanza el 8,6%, porcentaje que se dispara hasta superar el 17% si hablamos de la provincia de Cádiz en su conjunto. En el caso de Jerez la tasa de paro es ya del 20,39%, casi 12 puntos por encima de la media del país.

Si esto les parece grave, esperen a conocer otras perlas que nos reserva este análisis. La comparación entre los números de 2006 y 2007 no resiste en pie un minuto. Si la cifra de ocupados en Jerez hace un año era de 76.300 personas, en diciembre de 2007 había bajado hasta los 72.500. Seguimos. En ese mismo periodo de tiempo, un año, el número de parados oficiales en las listas del SAE ha pasado de 11.100 a 18.600. No se vayan todavía, una y más. Los inactivos, es decir, aquellas personas que no están en edad o condiciones de trabajar, han pasado de 70.400 a 72.300.

Todo esto se traduce en que la tasa de paro ha crecido de forma estratosférica en sólo un año desde el 12,71% de diciembre de 2006 al citado 20,39% del pasado diciembre de 2007. Y todo esto mientras no paran de subir las hipotecas y el precio de los productos básicos, y los políticos siguen tratándonos como a un bosque de alcornoques diciéndonos que el reflejo del paro es engañoso y que no paran de firmarse contratos. Todos temporales, por cierto.

Mientras todo esto ocurre, las administraciones miran para otro lado y cambian de tema que el 9 de marzo son las elecciones y los sindicatos jerezanos, que no llegan a ser ni una caricatura de lo que fueron, continúan a la gresca entre sí por el papel de CGT en el conflicto de los despedidos de Urbanismo. Pero no se preocupen que mañana nos prometerán buenas nuevas. Así nos luce el pelo.