A TOPE. Uno de los trenes, el de las 21.10, anoche lleno de gente con rumbo al carnaval gaditano.
CÁDIZ

La fiesta empezó en el Cercanías

Centenares de personas llenaron los trenes con destino a la capital y anticiparon la diversión con cantos y bromas

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Con el tren hasta la bandera y media hora de retraso, pero sin quejas y con mucha guasa. Asi vivieron ayer los centenares de pasajeros del Cercanías el trayecto entre Jerez y Cádiz en una de las horas punta, el trayecto de las 20.30 horas. LA VOZ realizó el trayecto desde Puerto Real a Cádiz para ser testigo del desembarco en la capital de cientos de gaditanos procedentes de toda la Bahía, la mayoría jóvenes y disfrazados, que no pararon de reir y hacer bromas durante todo el trayecto.

Todo ello pese al intenso calor y el poco espacio libre en los vagones, que no llegaron a colapsarse pero que provocaron que algunos viajeros en la estación de San Fernando optaran por no subirse y esperar al siguiente convoy. El Cercanías de las 20.30 horas salió de Jerez con sólo cinco minutos de retraso, pero la gran afluencia de público facilitó que la llegada a la estación de Puerto Real se produjera con media hora de retraso, que se mantuvo hasta la llegada a Cádiz (Estadio) a las 21.49 horas. LA VOZ no pudo contactar con ningún portavoz de Renfe para aclarar si se produjo algún incidente adicional que provocara este retraso.

Pese a las molestias, no había quejas en los vagones, y muchos jóvenes anticiparon la fiesta que se iba a celebrar en plaza de España con cánticos y mucho humor. «Es mejor que vaya lleno, así hay más ambiente», ironizó Cristobal, disfrazado de sultán, que viajó desde Jerez . Una opinión compartida por su amigo Víctor, este año de soldado medieval, que reconocía su afición al carnaval, ante el jolgorio de su compañeros. «Yo me disfrazo cada año». Algunos regaban este buen humor con los primeros combinados, ya que muchos portaban bolsas de bebidas para el botellón.

Los apretones en la mayoría de vagones no se tradujeron sin embargo en problemas. La operadora ferroviaria realizó un importante despliegue multiplando por cuatro las plazas de los convoyes y aumentando la seguridad privada en las estaciones, reforzada en algunos casos por agentes de la Policía Nacional. El personal de seguridad requería que no se subieran botellas de cristal, pero los registros no fueron exaustivos. Y aunque se colaron muchas botellas, la diversión y la cordura fueron la tónica.