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Edwards deja solos a Obama y Hillary en la batalla por la nominación demócrata

Los primeros sorprendidos fueron sus propios colaboradores, que ya habían fletado el avión para las siguientes tres paradas de su campaña. La noche antes, John Edwards, el único hombre blanco del pelotón demócrata, dio un giro a la campaña al abandonar la lucha por la Casa Blanca en el lugar donde la empezó, la devastada ciudad de Nueva Orleans.

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«Es hora de que me aparte del camino para que la historia se abra camino», declaró en esa emblemática ubicación marcada por el huracán Katrina. Todo el mundo se preguntaba a quién transferiría su apoyo, pero lo único que les ha dejado en herencia a Hillary Clinton y Barack Obama es la lucha por sus ideales. «He hablado con ambos y me han prometido que harán de la contienda contra la pobreza el centro de su campaña, y lo que es más importante, de su presidencia». Edwards no sabe quién será el nominado demócrata, pero lo que dijo tener claro es que su partido hará historia en las elecciones generales de noviembre al colocar al primer afroamericano o a la primera mujer en la Casa Blanca. La gran incógnita es a quién dará su respaldo el candidato que dejó tercera a Clinton en Iowa, su mayor victoria en esta campaña, en la que ha invertido al menos cuatro años de su vida.

«No creo que se lo vaya a otorgar su apoyo a Hillary Clinton, la cuestión es si se lo va a dar a Obama o no», opinaba Joe Klein, analista político de la revista Time. Por el momento Edwards no regala nada. «Le he dicho al senador Obama y a la senadora Clinton que estaré encantado de sentarme con ellos para escuchar lo que piensan hacer por Estados Unidos», retó.

Delegados

Edwards ha cosechado 26 delegados que pueden resultar clave en la convención de agosto si las primarias no despejan la incógnita de la nominación. Además, su nombre sigue en las papeletas de los veintidós estados que van a votar el Supermartes. De momento vuelve a casa con su mujer y sus hijos. La salud de Elizabeth Edwards, que batalla contra un cáncer de pecho incurable que le ha calado hasta los huesos, puede haber jugado un papel importante en su decisión. Quien más se beneficiará de su retirada es Hillary Clinton, que ha compartido con él el voto blanco de quienes no soportan la idea de ver a un afroamericano en la Casa Blanca. Sin embargo, las posturas izquierdistas de Edwards son más cercanas a las de Obama. Muchos creen que Hillary representa todo lo que Edwards ha criticado durante su campaña, la pérdida de contacto de los políticos de Washington con la realidad del pueblo estadounidense.

La ex primera dama celebraba ayer una baldía victoria en Florida, donde ha hecho campaña de forma encubierta violando el pacto sellado voluntariamente con sus rivales. El Partido Demócrata había penalizado al estado con no incluir a sus delegados en la convención nacional, donde votarán por el candidato al que representan.

Durante la semana previa, Clinton viajó a Florida tres veces para actos de recaudación de fondos, que de facto se convirtieron en mítines. El martes por la noche volvió para bañarse con la aureola de lo que su campaña calificó de «significativa victoria».