«Tengo una profesión que me exige cuidarme». / TELECINCO
ANA ROSA QUINTANA PERIODISTA

«Sarkozy demuestra que lo 'rosa' no interesa sólo aquí»

Reapareció con fuerza en Telecinco tras ser madre de gemelos y no ha dejado de subir

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Reapareció con fuerza hace tres años en Telecinco tras dar a luz sus gemelos. Reina en los magazines de las mañanas por amplio margen. Comunicadora y empresaria de éxito a través de la productora Quarzo, Ana Rosa Quintana dice no ponerse metas pero aspira a seguir manteniendo el mismo vigor competitivo en la amplia franja horaria que domina en la cadena de Mediaset. El año nace marcado por la precampaña electoral y el argumento político ocupará «algo más» que la mesa de tertulia del programa, avanza. Y mantiene que la fuerza del argumento rosa no decae en la televisión.

-¿Qué propósitos tiene para 2008?

-El listón está alto, pero el objetivo más importante de este año, que ya está prácticamente conseguido, es poner en pie el colegio de Nicaragua para mil niños. Todo se ha hecho con el calendario del programa.

-¿Donde el equipo aparece ligero de ropa?

-Sí, sólo con el calendario, que prácticamente no ha tenido costo. Yo sólo enseño la espalda; una ya tiene sus años. Se está construyendo un centro que tiene guardería, comedor y dispensario para niños de hasta 16 años.

-Entramos en un año muy político, a la puertas de unas elecciones. ¿Qué tratamiento tendrán estos asuntos en el programa?

-Habrá que hacer algo más que la tertulia, de una forma plural. Estaremos al hilo de la actualidad, pendientes de las listas del Partido Popular, son lo más inmediato.

-Ha entrevistado dos veces a Rajoy y una a Zapatero ¿Quién salió mejor parado?

-En audiencia Zapatero no bajo del 27% en una entrevista de una hora y media. Y Rajoy, lo mismo. Eso de que la política no interesa es falso porque la audiencia responde cuando ofreces contenidos en profundidad.

-¿Quién da mejor imagen?

-Cada uno tiene su estilo. Yo ya había estado varias veces con Rajoy en el programa, pero Zapatero era para mí un desconocido. Me pareció que tiene mucho encanto personal en las distancias cortas. No sabría decir quién de los dos tiene mejor imagen en la televisión. Rajoy tiene un punto de humor socarrón de segundas que a mí me hace mucha gracia. Los dos están muy igualados. Además, no son personas extremadas. Ni uno ni otro dan titulares que echen para atrás.

-¿La temática rosa seguirá teniendo el mismo peso?

-Sigue teniendo importancia, no baja. Yo siempre he mantenido la misma línea, desde que aprendí con Rosa Villacastín: una sección de sociedad clásica, sin entrar en temas oscuros. El argumento rosa sigue interesando.

-Sigue gustando el morbo.

-No es un gusto sólo español. El otro día, en la rueda de prensa de Sarkozy lo que importaba era saber si se casará con Carla Bruni. No es morbo, es la condición humana.

-¿Cómo cree que evolucionará la televisión a partir de este año?

-Se camina hacia programas de mayor inmediatez. Los magazines como el mío ya somos prácticamente radio, contamos lo que pasa y realizamos conexiones casi en el momento. Cada vez hay más directos, más presencia en la calle.

«Como otras mujeres»

-Madre, profesional de éxito, empresaria, y lo domina todo. Un ejemplo de superwoman.

-No. Hago lo mismo que la mayoría de las mujeres que trabajan y son madres, lo que ocurre es que yo tengo un trabajo más visible que el de otras. Todas las que tenemos una responsabilidad profesional vamos capeando el temporal. ¿Si soy ambiciosa? En el sentido de hacer las cosas lo mejor que pueda, de montar una empresa, sí pongo toda la carne en el asador y toda la ilusión. Pero yo jamás me he puesto una meta.

-También pone su nombre e imagen a una revista para mujeres. Dirán muchas qué hace para mantener una cierta lozanía con el paso del tiempo...

-Ya lo ve, currar. Es muy importante trabajar y mantener activo el cerebro, que no te entre la desesperanza o el aburrimiento. Entre las amigas de mi generación hay una diferencia enorme entre las que están enamoradas de las que no lo están, las que tienen ilusión y las que no, y entre quienes tienen un trabajo que las apasiona y las que no. Todos los intelectuales viven mucho más. Hay que mantener la ilusión, y tengo una profesión que me exige cuidarme, si no quizá me abandonaría más.