DISCURSO DE NOCHEBUENA. Don Juan Carlos reiteró las peticiones a la unidad frente al terrorismo y las grandes cuestiones que afectan al país durante su tradicional discurso de Navidad. / ÁNGEL DÍAZ. AP
ESPAÑA

El Rey reclama a los partidos consenso en los grandes temas de Estado

Don Juan Carlos subraya como «objetivo urgente e imperativo» la unidad contra el terrorismo

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Consenso en los grandes temas de Estado, unidad frente al terrorismo, respeto a las instituciones y solidaridad. Ese fue el mensaje que dirigió el Rey a los ciudadanos y sus representantes en su discurso de Nochebuena. El monarca exaltó los valores de la Constitución a un año de cumplirse su trigésimo aniversario y pidió confianza en el futuro de España para avanzar en un país «moderno, unido y diverso, justo y solidario».

Cinco veces llamó al consenso don Juan Carlos en su mensaje de Navidad, difundido a las nueve de la noche del lunes. El Rey invitó a aprovechar las fiestas para «pensar con mayor sosiego» en el país y su bienestar y recordó que «es mucho lo que de forma solidaria hemos conseguido» desde el co-mienzo de la transición democrática «y más lo que aún podemos lograr».

«Han transcurrido ya tres décadas desde los primeros comicios democráticos en la transición. Hemos demostrado ser un país capaz de superar retos, de arrinconar el desánimo y de acometer, con energía e ilusión, una modernización única en nuestra Historia -dijo el Rey-. Frente a las dificultades de cada momento, frente a cuanto nos quede por resolver o perfeccionar, debemos tener la seguridad de que juntos lograremos las soluciones precisas, si ponemos la voluntad y los medios para ello».

Don Juan Carlos exaltó la vigencia de la Constitución, que ampara la «unidad y diversidad» que «se vertebran en nuestra democracia», y demandó unidad para afrontar el futuro, sobre todo a los representantes políticos, a quienes exigió «mayores esfuerzos» para acordar las grandes cuestiones de Estado.

«Me parece de especial importancia reclamar de nuevo a nuestros partidos políticos mayores esfuerzos para alcanzar el necesario consenso en los grandes temas de Estado. Creo también necesario solicitar el debido apoyo para nuestras instituciones y poderes en aras de su más eficaz funcionamiento. Todo ello, conforme a las reglas y principios de nuestra Constitución», subrayó el Rey, quien apeló a la «grandeza de la política, entendida como servicio al conjunto de los ciudadano».

Exigió también unidad para combatir el terrorismo, cuyos «crímenes, amenazas y extorsiones siguen presentes y suponen un inaceptable ataque a nuestros derechos y libertades», recordó.

Dolor por las víctimas

Don Juan Carlos expresó su dolor por las últimas víctimas de ETA, los dos jóvenes guardias civiles abatidos en el sur de Francia, y reclamó «una cultura de unidad que haga efectivo el compromiso de todos los demócratas para acabar definitivamente con el terrorismo».

«Siempre he afirmado - añadió- que es un objetivo urgente e imperativo para el Estado, un deseo de los ciudadanos, una obligación de todas las fuerzas democráticas, y un deber frente a las víctimas y sus familias, a quienes nos debemos y recordamos con el mayor afecto en estas fechas. Pongamos los medios para ello, contando con la abnegada y eficaz labor de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como con la firme acción de la Justicia, apoyando a nuestras instituciones en defensa del imperio de la Ley, del recurso a todos los instrumentos del Estado de Derecho y de la cooperación internacional. Esa debe ser la respuesta a la barbarie terrorista de una sociedad democrática y avanzada como la española». Ante una bandera de España, con la representación de un belén a su izquierda, el Rey pidió, como todos los años, esfuerzos para atender a los más necesitados y para «continuar profundizando en las medidas frente al desempleo, la carestía de la vivienda, los salarios más bajos, las desigualdades, o las diversas necesidades sociales y asistenciales». Aludió a la importancia de la educación «que debe responder a las legítimas aspiraciones de promoción personal y perseguir un armónico desarrollo colectivo, como sociedad moderna y cohesionada» e invocó la conciencia de todos para luchar contra la droga, tanto con medidas legislativas como con campañas de sensibilización. Expresó su indignación por «la violencia y malos tratos que afectan dramáticamente a tantas mujeres, que nos denigran como sociedad» y se unió al dolor de las miles de familias que han padecido muertes y lesiones provocadas por accidentes de tráfico, para insistir en que evitarlos es tarea de todos.

Admiración a América

Como en años anteriores, el Rey no olvidó mencionar los compromisos y vinculaciones de España en el ámbito internacional. Poco después de su célebre incidente con el presidente venezolano Hugo Chávez, el monarca reafirmó «nuestros sentimientos de hermandad con todos los países y pueblos iberoamericanos», a quienes hizo llegar «de corazón» la «cercanía y admiración» de los españoles, su solidaridad con sus apuestas de futuro y el máximo «respeto hacia sus respectivas y sólidas identidades». «Nada de lo que afecta a América nos es ajeno», recalcó el jefe del Estado.

También resaltó el compromiso de España con la integración europea, justo después de la firma del Tratado de Lisboa, y «la intensidad de los vínculos» con los países vecinos del Mediterráneo, a quienes trasladó «nuestra amistad y plena cooperación con sus legítimas ambiciones de desarrollo y bienestar». También destacó la importancia de la cooperación al desarrollo que España despliega en múltiples países del Tercer Mundo «como expresión de solidaridad hacia la dignidad, derechos y necesidades de tantos seres humanos».

Mención a los soldados

No olvidó el Rey un recuerdo especial para los soldados destacados en el exterior, a quienes expresó su «reconocimiento y gratitud», de forma especial a los que desempeñan misiones de paz y a cuantos en este año perdieron la vida «en cumplimiento del deber».

En un año con no pocas complicaciones para la Monarquía, don Juan Carlos concluyó su mensaje reafirmando su «profundo y permanente compromiso de servicio y entrega a España y a todos los españoles», agradeció las muestras de afecto personal e institucional hacia la Corona y recordó de nuevo que «la España de nuestros días es, en suma, un proyecto integrador y solidario». «El de un gran país europeo del que podemos sentirnos orgullosos por su cultura, dimensión económica, calidad de vida, sensibilidad social y proyección exterior», apostilló.

El Rey llamó a renovar la confianza en el porvenir de España, a un año del trigésimo aniversario de la Constitución. «Trabajemos con entrega y generosidad, sin egoísmos. Pensando en lo que cada uno con su esfuerzo puede aportar al servicio de toda la sociedad. Conscientes del valor de la unidad para seguir progresando», instó.