Desencuentro entre la plantilla y Ebro por los futuros cierres

Todas las miradas, especialmente las de los varios centenares de trabajadores -entre fijos y fijos-discontinuos- de la azucarera de Guadalcacín, estaban puestas en la reunión que iban a mantener ayer la dirección de Ebro Puleva y el comité intercentros para analizar los futuros cierres de fábricas provocadas por las repercusiones de la OCM del azúcar.

En concreto, en esta cita estaba previsto que los representantes de la multinacional hicieran oficial el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará al centro jerezano, y que por lo tanto dieran detalles de la fecha exacta en la que esta planta echaría el cierre, así como otros detalles relativos al plan de reestructuración que también repercutirá a otras dos fábricas: la de La Rinconada, en Sevilla, y la de Peñafiel, en Valladolid.

Además, no hay que olvidar que una vez que se oficialice el ERE debe comenzar el periodo de alegaciones y todo el proceso que llevará a clausurar la fábrica de Guadalcacín y que provocará el traslado definitivo de la plantilla.

Sin embargo, nada ocurrió ayer como habían previsto los representantes sindicales ya que, como explicó el presidente del comité de empresa de la fábrica de Guadalcacín y miembro del comité intercentros, Carlos Martos, «la dirección se presentó a la reunión sin ninguna documentación, y sus representantes llegaron a afirmar que ya teníamos información suficiente y que el ERE ya se daba por iniciado».

Para los representantes de los trabajadores esta situación es «inaceptable», y «no vamos a reconocer el inicio del expediente ni del plazo de alegaciones hasta que no nos den más información», explicó Martos, quien también lanzó un mensaje a la dirección de Ebro Puleva y les instó a «recapacitar y sentarse a negociar este tema con nosotros».

Hoy por hoy, lo cierto es que la plantilla de Guadalcacín «no sabe nada de las intenciones de la empresa, y eso que nos afecta directamente en cuestiones como el momento en el que se oficializará el cierre, así como los posibles destinos finales de la plantilla, etc.», insistió el presidente del comité de empresa.

En este punto, el representante del comité intercentros instó ayer a las administraciones a tomar medidas ante la actitud de la empresa, sobre todo porque recientemente el consejero andaluz de Empleo, Antonio Fernández, ya dejó claro que «el cierre de estos centros debe ser consensuado entre todas las partes, como ocurrió en el caso de ARJ en Jaén».

«Habrá oportunidades»

Precisamente ayer se refirió en Jerez a este cierre inminente el consejero de Empleo, que lanzó un mensaje de tranquilidad y recordó que «Ebro Puleva ya tiene firmado un preacuerdo laboral con sus trabajadores, en el que se contempla un cambio de actividad en la ciudad -bioetanol, etc.-, y que dejará muy claro cuál será su situación y su futuro». En este punto, Fernández recordó que la multinacional ya dio un paso similar en la localidad cuando cerró la fábrica de leche e instaló la de producción de arroz.

El titular de Empleo puntualizó que «no me gusta que cierren una azucarera», pero dejó entrever que hay pocas opciones cuando «no hay materia prima, ya que con la OCM y las condiciones que establece no es rentable». Por eso, Fernández se mostró partidario de que «lo importante es transformar esta situación de crisis en una oportunidad».

Asimismo, advirtió de que el problema que se plantea tras el cierre de la fábrica de Guadalcacín afecta a «la parte intermedia entre la producción y la molturación, y no tanto a los agricultores, que tienen la rentabilidad de sus tierras».

Para dar respuesta a todos los afectados por el cierre, la Consejería ya trabaja en un plan que se incluye en los objetivos de Atipe (planes especiales de empleo), como adelantó ayer el consejero.

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