conflicto nuclear

Merkel y Sarkozy abogan por «la firmeza y las sanciones» contra Irán

Ahmadineyad manifestó ayer que su país tiene planes para construir 50.000 centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio en el marco de su programa nuclear

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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel , han asegurado que "la firmeza y las sanciones" son la única forma para conseguir que Irán ponga fin al programa de enriquecimiento de uranio "porque la amenaza existe".

En una rueda de prensa conjunta en el Palacio del Elíseo, Sarkozy ha dicho que la única forma de "que se mueva" Irán son "las sanciones y la firmeza, porque la amenaza existe", mientras que la canciller alemana se ha mostrado convencida de que el programa nuclear iraní "continúa representando una amenaza". Ambos han subrayado que es preciso seguir las conversaciones en el marco de la ONU para disuadir a Irán de ese proyecto.

Merkel ha subrayado que la posición de la Unión Europea consiste justamente en complementar la vía de la negociación con la exigencia a Irán y ha hecho hincapié en que la colaboración iraní con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) es "incompleta".

Irán planea construir 50.000 centrifugadoras

Las palabras Sarkozy y Merkel tienen lugar después de que hace algunos días trascendiera un informe de los servicios de inteligencia de EEUU que sostiene que Irán congeló en 2003 su programa de desarrollo de armas nucleares.

Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, manifestó ayer que su país tiene planes para construir 50.000 centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio en el marco de su programa nuclear, del que reiteró que es "pacífico" y tiene como objetivo "producir combustible", al tiempo que recalcó que su país no tiene intención de suspender su programa atómico.

Hasta ahora el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha aprobado dos resoluciones con sanciones progresivas para intentar que Irán abandone su programa, sin éxito. En la actualidad hay conversaciones para negociar una tercera resolución con sanciones añadidas, que haga que Teherén renuncie a sus planes, que occidente considera un desafío.