PREVISIBLE CIERRE. Imagen del exterior de las instalaciones que Ebro tiene en Guadalcacín. / J G.
Jerez

Ebro Puleva aplaza al martes que viene la presentación del plan de reestructuración de sus plantas

Fuentes de la empresa argumentan que les faltan «una serie de ajustes y detalles en el análisis» correspondiente Ayer estaban convocados tanto el comité intercentros de la división azucarera como las organizaciones agrarias

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El grupo Ebro Puleva decidió aplazar al día 27 de noviembre la presentación del plan de reestructuración de sus plantas azucareras derivado del impacto de la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar, una presentación que estaba prevista para ayer pero que finalmente se ha aplazado «al faltar una serie de ajustes y detalles en el análisis de esa reestructuración», según indicaron fuentes de la empresa. Dichas fuentes explicaron que «faltaban por ultimar y ajustar algunos detalles en el plan de reestructuración, unos ajustes que preferimos hacer con un poco más de tiempo».

En la reunión aplazada de ayer y en la del próximo 27 de noviembre están convocados tanto el comité intercentros de la división azucarera como las organizaciones agrarias para presentarles este plan, donde se prevé el cierre de tres plantas, dos de ellas ubicadas en Andalucía -una, precisamente la de Guadalcacín.

La producción

Además, en el plan de reestructuración se prevé que la producción de azúcar pase de las 730.000 toneladas que actualmente tiene asignado Ebro a una cuota de producción anual para Azucarera Ebro próxima a las 400.000 toneladas de azúcar nacional, que se complementarían con la actividad de refino.

Una vez presentado dicho plan, éste deberá negociarse con las organizaciones agrarias en un plazo de unos 20 días, hasta llegar a un plan negociado con los productores, que deberá ser presentado al Gobierno central para su aprobación.

La división azucarera de Ebro Puleva posee actualmente una plantilla fija media de 1.300 trabajadores repartidos en siete factorías, de las que cuatro están ubicadas en Castilla y León y tres en Andalucía, en concreto dos en Jerez y una en La Rinconada (Sevilla).

El PSA se posiciona

Por su parte, el PSA mostró ayer, a través de un comunicado público, su preocupación ante «el posible cierre de la azucarera de Guadalcacín». Aunque dijo «es la crónica de una muerte anunciada, como sucedió con Delphi, lo más alarmante es el progresivo desmantelamiento industrial de la provincia, de las más castigadas históricamente por el desempleo».

Julio Román, secretario local del PSA, instó al gobierno municipal a que «consensúe con la empresa el mantenimiento de los puestos de trabajo tanto fijos como discontinuos y eventuales». Y es que, según afirmó el edil jerezano, «aunque la alcaldesa haya anunciado actuaciones al respecto, solicitamos que éstas se materialicen».