Opinion

Gresca permanente

¿Puede un país permitirse que sus políticos estén en campaña electoral permanente o, mejor dicho, en gresca permanente? ¿Puede un país permitirse que sus políticos hagan política a golpe de encuesta y estén más preocupados por sus problemas internos y por sus respectivos adversarios que por solucionar los problemas de los ciudadanos? No sé ustedes, pero yo, refiriéndome a esta legislatura, tengo la sensación de vivir en una campaña electoral continua desde el 14 de marzo de 2004, cuando el Partio Popular perdió las elecciones. A partir de esa fecha hemos visto y seguimos viendo, con tristeza, la energía y tiempo que se derrocha en enfrentamientos estériles entre el partido en el Gobierno y la oposición, que en nada ayudan a la convivencia y al progreso del país.

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La mejor y más convincente campaña que pueden hacer nuestros políticos para que todos salgamos ganando -también ellos- es que el partido que gobierne esté centrado en su tarea de gobernar, y el que esté en la oposición ayudar, o al menos no entorpecer ese gobierno.

Nuestros políticos deben anteponer los intereses de los ciudadanos a los intereses particulares y mezquinos si realmente queremos que esta empresa que llamamos España funcione de verdad.