LIMPIEZA. Dos hombres achican el agua que invadió numerosas viviendas y locales de Atarfe. / EFE
ANDALUCÍA

La segunda tromba de agua en un mes anega sótanos y viviendas en Granada

Los servicios de emergencia recibieron más de medio centenar de llamadas de auxilio desde Atarfe, la localidad más afectada por la tormenta Se registraron retenciones en la A-92, que quedó cortada durante una hora

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El lunes llovió sobre mojado y los efectos no tardaron en verse. Las calles volvían a convertirse en ríos y los garajes se tornaban piscinas de nuevo. Las escenas vividas por la provincia recordaban demasiado a la última tormenta, la que el pasado 21 de septiembre dejaba Almuñécar irreconocible y la vestía de luto por la muerte de un hombre. Esta vez ha sido menos agua y las consecuencias también han sido menos graves, pero ha quedado una evidencia clara: la red de alcantarillado de la provincia no soporta tormentas como la de estos días. Y tampoco la red eléctrica. Y los Bomberos de la capital no dan abasto en el momento en que el cinturón empieza a reclamarlos.

En definitiva, que la provincia no está preparada para que llueva un poco más de lo normal. Apenas un par de horas de tormenta bastaron para que se inundaran garajes, locales, pabellones deportivos o carreteras. La guinda la puso el corte de luz que dejó a un grupo de vecinos del distrito de La Chana a oscuras durante 24 horas.

'Fuente' en el retrete

Atarfe fue probablemente uno de los puntos más afectados por la tormenta. Los vecinos veían cómo sus casas se anegaban de una forma curiosa, cuando ya había dejado de llover. «El agua empezó a salir por el retrete y por el sumidero del alcantarillado, eran auténticas fuentes», explicaba José Muros retirando el lodo que aún quedaba por la mañana en su cochera.

Este vecino atarfeño tenía la sombra del cansancio pintada en la cara tras haber pasado la noche en vela. Como el resto de los vecinos. Francisco Rivera veía impotente cómo el agua había hecho saltar las losetas de uno de los dormitorios anegados. «Se ha mojado la caldera, las fotos familiares, la ropa de mi hijo», se lamentaba.

Rafael y Gonzalo, los hermanos Pimentel Gutiérrez, se afanaban a media mañana en sacar los litros y litros de agua que aún quedaban en su sótano, en el que guardaban parte del mobiliario de su cafetería y los congeladores con la comida. «Todo esto se debe a que se han construido muchas casas en estos años, pero la red de alcantarillado sigue siendo la misma», decían. Además de Atarfe, donde Protección Civil y Bomberos recibieron más de medio centenar de llamadas de auxilio, hubo incidencias en Peligros, Monachil, Armilla, Vegas del Genil, Santa Fe y Albolote, a 10 kilómetros de la capital, y donde se inundaron las zanjas de las obras del metro y algunas naves industriales.

En Pinos Puente la tormenta descargó también con granizo, lo que ocasionó el derrumbe de parte de una ladera sobre la carretera N-432 a su paso por este municipio. La A-92 también sufrió las lluvias y estuvo cortada casi una hora a la altura de Salar y Loja. Mientras se limpiaba la vía se cortaron los carriles desde Málaga y toda la circulación se absorbió por el carril contrario.

La acumulación de tierra y piedras en el kilómetro 55 de la línea Bobadilla-Granada también obligó al trasbordo de cuatro trenes con trayectos por provincias andaluzas y causó retrasos de hasta cuatro horas en el enlace entre Granada y Madrid, El Instituto Nacional de Meteorología no tiene previstas precipitaciones fuertes para la provincia granadina durante los próximos días, en los que el riesgo de lluvia no supera el 15%.