PINCHITOS MORUNOS

La segunda pata

Dragados ha instalado en el Río San Pedro una valla de grandes dimensiones donde anuncia las obras del puente de Cádiz. Así reza la vallita donde se ve el ingenio de Manterola en primer plano y al fondo, en plan bucólico acaramelado y en amarillo Baldasano, la torre de la Catedral y la de Telefónica... que es menos bucólica, pero cuela.

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Parece de esta forma que Dragados, que es una empresa seria, ha optado sorprendentemente por la teoría del ombliguismo que defiende el Ayuntamiento de Cadisí y que consiste en ignorar que el segundo puente sobre la Bahía tiene dos patas, una que nace en Puerto Real y otra en la ciudad de Cádiz.

Es incomprensible como se puede hablar en las vallas publicitarias que explota en su beneficio el equipo de gobierno del PP, y que pagamos nosotros para «un puente que nos une» cuando se aprovecha la mínima para hacer lo contrario, liando broncas por el nombre o ignorando la segunda pata de este prodigio de la ingeniería, como si la estructura sobre el mar la aguantara, por el lado de Puerto Real, un coro de ángeles celestiales que estaban escondidos en la iglesia de Santo Domingo y no el Bajo de la Cabezuela, que tiene nombre de vecino de la calle Lubet.

Es una lástima que Dragados, la empresa constructora, caiga en el mismo error que el Ayuntamiento de Cádiz e ignore la segunda pata del puente porque todo esto es una mala forma de hacer Bahía, que es donde está el futuro de este apretujamiento humano de gente que vivimos por aquí.

Para colmo, hasta la arqueología empieza a hacerle la puñeta a las teorías ombliguistas que hacían de Cádiz cuna de todo y resulta que Chiclana, como El Puerto, tienen la misma edad y puede que sean tan antiguos los chicharrones como las tortillitas de camarones. En tiempo de los fenicios parece cada día más claro que vivía gente en muchos puntos de la Bahía... lo único que no había abierto aún era Romerijo, pero por lo demás esto debería ser muy parecido.

Los ejemplos de colaboración se están confirmando como positivos. Ahí están los catamaranes del Consorcio de Transportes, una iniciativa que todo el mundo veía con desconfianza cuando se puso en marcha, y que se está confirmando como un sistema más que válido para comunicar a la Bahía por la carretera más ecológica que tenemos, el agua.

Conviene por tanto que Dragados, cuando encargue otra valla de fondo celestito, junto a la torre de la Catedral de la ciudad de Cádiz ponga también la de la iglesia de Jesús de la ciudad de Puerto Real y también la fábrica de tortillitas de camarones que hay en el Trocadero... que es otro monumento de interés. Pero ignonar la segunda pata del puente, la que lo une a la Bahía, es más bien meter la pata y eso no le pega nada a Dragados.