entrevista

Lourdes Márquez: «Cádiz ha perdido mucha memoria sobre su pasado»

La investigadora presenta hoy su obra en la que analiza el papel de sus antepasados irlandeses en el comercio gaditano con Ultramar

jesús a. cañas
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Fue una promesa a su madre. Acostumbrada desde pequeña a escuchar hablar sobre su linaje irlandés, la historiadora gaditana Lourdes Márquez inició una laboriosa y concienzuda labor de investigación sobre sus antepasados y el comercio del siglo XVIII. 'La memoria de los irlandeses: Cádiz y la familia Butler' de la editorial Círculo Rojo, es el nombre del libro que ha surgido de dicho trabajo y que se presentará hoy a las 19.30 horas en la Casa de Iberoamérica para cerrar el círculo de labor con la presencia del embajador irlandés en España, David Cooney.

–¿Cómo ha sido el proceso de aproximación histórica a la familia Butler del siglo XVIII?

–Ha sido un proceso muy cercano porque de pequeña siempre escuché a mi madre decir que nuestra familia venía de Irlanda, concretamente de Kilkenny y de Galvia (que es la castellanización de Galway).

–¿Cuánto tiempo le ha ocupado la investigación y realización de la obra?

–Fue una promesa que le hice a mi madre, Carmen Carmona García de Arboleya en el año 2002. En realidad, nunca pensé que diera para un libro. Mi intención era un artículo. Después de conocer la existencia de la Butler Society de Irlanda, conseguí que una amiga, Rocío Castillo, que trabajaba ese año de arqueóloga en ese país, me trajera algo de información. Entonces, no lo teníamos tan fácil como ahora con Internet. Luego conocí en Madrid a David Butler, vicepresidente de la Butler Society que me envió alguna bibliografía. Y se sorprendió de nuestra existencia. Sabía de otras ramas, pero no la mía. Pero a todos nos contaron que veníamos de Irlanda, y se transmitía de generación en generación. Y ya en el 2005 viaje a Irlanda, a Kilkenny, para conocer el lugar de donde venían mis antepasados. Ya un investigador, Bryan Foley, casado con una Butler había indagado entre la documentación del Archivo Histórico Provincial de Cádiz. Derek Bedson también había publicado un pequeño artículo ‘The Spanish Butler’. Pero tampoco se mencionaba mi rama entre los Butler de Cádiz y de mis antepasados sólo se hacía alguna pequeña referencia. Kim Pérez, que pertenece también a la familia Butler, tiene un blog donde hablaba de los Butler de España.

–¿Dónde hay presencia de los Butler?

–La familia Butler es muy extensa. Están repartidos por los cinco continentes. En España hay todavía algunos Butler, en Madrid, Sevilla, Mallorca, Granada... Hay muchas publicaciones sobre los Butler de distintos lugares de fuera de España, pero una monografía sobre los Butler de Cádiz no existía, y tampoco se conocía que mi rama seguía porque el apellido se perdió con mi bisabuelo, Arturo García de Arboleya y Butler. La colonia irlandesa de Cádiz ha sido estudiada por investigadoras como Carmen Lario de Oñate o María Nélida García Fernández. Y también existen muchos trabajos sobre el Cádiz del siglo XVIII, como los de los catedráticos de la UCA, Manuel Bustos y Alberto Ramos.

–Entiendo que habrá sido un trabajo nada sencillo, ¿no es así?

–He utilizado abundante bibliografía y luego me he ido a las fuentes primarias, la documentación de los archivos: Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Archivos Municipales de Cádiz, El Puerto de Santa María y Puerto Real. Allí están mis familiares, en los protocolos notariales, junto a otros muchos miembros de las colonias extranjeras de Cádiz (genoveses, franceses, ingleses...). Mi tatarabuela María Josefa O’Callaghan se dedicaba a hacer «préstamos a riesgo marítimo» en la Carrera de Indias. He tenido que manejar muchos datos. Las mujeres de los comerciantes también tenían un papel en esa sociedad burguesa del siglo XVIII. Sobre todo por los períodos de ausencia de sus maridos cuando iban o traían mercancías de América a Europa. Pero ha habido parones por otras investigaciones que me han tenido ocupada, mis anteriores libros, como el de Recordando un olvido: pontones prisiones de la Bahía de Cádiz. El libro en realidad lo he comencé a escribir en septiembre del año pasado, el 2014. Y lo finalicé en febrero de 2015. Luego el tema de las correcciones...

–¿Con qué indagación, aporte o información se queda de las que da en su obra, por su importancia histórica o relevancia personal?

–La relevancia es principalmente haber cumplido la promesa a mi madre. Y por supuesto, fijar por escrito nuestra proveniencia para que no se pierda la memoria de la familia.

–La sociedad gaditana está jalonada de apellidos extranjeros, su investigación pone sobre la mesa esta interesante realidad, pero ¿cree que está suficientemente investigado este hecho? ¿Nos deparará nuevas sorpresas en los próximos años?

–Hay muchos trabajos de buenos profesionales que se han publicado. Quién sabe, todavía queda mucha documentación por analizar. Y por suerte, cada vez más se tiene acceso a esa documentación a través de Internet. Yo encontré una información sobre los Langton de Cádiz, concretamente de Nicolas Langton, primo de mi antepasado, y de su hijo y nieto, ya en el período de la Guerra de la Independencia.

–Es usted experta en lo relativo a la navegación, ¿apostaría por una mayor difusión o presencia en la ciudad de esta realidad comercial marítima de Cádiz a través de un museo o un centro de interpretación?

–Bueno, experta, todavía me queda mucho por aprender. Simplemente soy investigadora. Cádiz ha perdido mucha memoria sobre su pasado, al mismo tiempo que archivos privados de esas casas comerciales que existían en el Cádiz del siglo XVIII. Sólo se conservan unos pocos. Se está trabajando desde distintas administraciones para proteger y difundir el patrimonio cultural marítimo de Cádiz y de Andalucía.

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