¿Romperías por WhatsApp? El cara a cara está sobrevalorado

El psicólogo Tomás Navarro explica por qué recibir las malas noticias por mensaje tiene más beneficios de lo que creemos. Es una de las claves de su libro 'Piensa bonito', cuyas principales ideas comparte cada 15 días en ABC Bienestar

Los mensajes pueden tener un efecto más positivo del que creemos.
Tomás Navarro

Tomás Navarro

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Justo hoy hablaba con una paciente a la que le había dejado su pareja. Me comentaba que le había enviado un mensaje y que, oye, pues que casi mejor.

Y la verdad es que no puedo estar más de acuerdo. Estos días he puesto en práctica uno de mis ejercicios preferidos para pensar bonito: el famoso «¿Y si?» al que le dediqué un artículo hace algunos meses. ( Puedes leer aquí el artículo del '¿Y si? )

¿Y si fuera mejor que te dejaran por mensaje? ¿Tenemos que comunicar todas las malas noticias cara a cara? ¿Y si fuera mejor comunicar algunas noticias por un mensaje?

Pues por mi parte, a nivel personal, lo tengo claro. Si algún día me deja Núria que sea por mensaje -toma nota cariño-. La verdad es que prefiero gestionar el impacto emocional de la noticia en la intimidad, a mi ritmo, sin estar pendiente de nada ni nadie.

Recibir las malas noticias por mensaje tiene muchos beneficios. El primero de todos es que la persona que te va a dejar no va a alargar la situación hasta que encuentre las fuerzas para enfrentarse a un cara a cara. A ver, me explico. He sido testigo de relaciones que deberían haber muerto hace meses o años pero cada vez que lo iba a intentar la persona que lo quería dejar, por diferentes motivos que van desde la introversión hasta el dolor por ver el dolor ajeno, se ha ido retrasando y retrasando esa noticia. Y claro, el tiempo lo ha ido complicando todo.

Las malas noticias, mejor en la intimidad

No lo dudes, una nota a tiempo salva autoestimas , preserva la salud e incluso libera del yugo de la decadencia provocada por la desazón y el paso del tiempo.

Pero tenemos muchos más beneficios, como por ejemplo evitar una discusión o un drama sin sentido que no sirve absolutamente para nada. Uno pensará y argumentará que al liar la bronca se queda descansado pero lamento deciros que no es así. He trabajado con muchísimas personas que, al revés, se han arrepentido toda la vida de su reacción, de haber roto para siempre la cordialidad con el padre o la madre de sus hijos y de provocar heridas de difícil cicatrización.

Cuando la emoción toma el control, por su intensidad, la razón nos abandona y somos capaces de decir auténticas barbaridades. Para protegernos y para proteger a nuestro interlocutor, es mejor que vivamos las emociones intensas en la intimidad.

¿Y el derecho a réplica ? Dirán ustedes, estimados lectores. Pues mi consejo es que lo ejerzan y que lo ejerzan bien. ¿Acaso crees que tu interlocutor te está escuchando? Cuando viene con intención de darte una mala noticia viene blindado con una coraza esperando lo peor y la primera de las armas de defensa que utiliza es la de poner cara de compungido y cerrar completamente sus oídos.

¿No será mejor una carta pensada desde la calma? Una nota catártica. Un escrito en el que descargas todo lo que llevas dentro, en el que destilas esa amargura que te ha quedado, en el que haces un ejercicio de vaciado emocional y de análisis con perspectiva, desde la paz, pensando y sintiendo en equilibrio.

Es posible que no la lea, pero no importa, no la escribes para que la lea, la escribes para cerrar tu herida. En el libro 'Kintsukuroi, el arte de curar heridas emocionales' podrás encontrar muchos recursos para, precisamente, superar un desamor, una infidelidad o una separación entre otros muchos temas y sí, aunque no lo creas, aunque no lo veas ahora, que te dejen no suele ser un cambio a peor.

Depende de cómo lo gestiones será un cambio a mejor, no lo dudes, así que en el fondo, más que una mala noticia suele ser una noticia inesperada y a mi, como persona, prefiero destilar las noticias, sean del calibre que sean, en la intimidad y yo, como psicólogo, he visto que las malas noticias se gestionan mejor desde la intimidad , tienen menos impacto, se gestionan más rápidamente y generan menos repercusión y menos consecuencias negativas a corto, medio y largo plazo.

Sí, lo del cara a cara, permitidme que sea tan claro, está sobrevalorado.

Puedes descubrir otros consejos para pensar bonito de Tomás Navarro ( @tomasnavarropsi en instagram) en su obra ' Piensa bonito '.

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