La Junta tiene bajo su tutela a más de 800 inmigrantes

La propia administración y las organizaciones reconocen que el sistema de atención a los niños que llegan solos a Andalucía está colapsado

La Cruz Roja rescatando a una persona de una patera CARLOS BARBA

M.MOGUER

Tira tu pasaporte al mar y si te preguntan, di que tienes menos de 18 años. Son las dos órdenes que reciben quienes se suben en una patera para cruzar el Estrecho . Aveces les llega de las mafias que los transportan. Muchas otras son consejos repetidos en todas las paradas por quienes tienen amigos y conocidos que ya han hecho el viaje. Sin pasaporte, no hay país donde devolverte. Y si eres menor de edad, saben, la Junta de Andalucía tiene que hacerse cargo de tu tutela.

El camino es siempre el mismo. Del país de origen a Marruecos , de ahí a la patera y de la embarcación a la Cruz Roja, que deriva a los niños a los centros de acogida de menores. Según datos de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, hay ahora mismo unos 800 inmigrantes menores de edad que viven bajo la tutela de la administración andaluza en los 226 centros repartidos por la comunidad. La administración andaluza tiene, en total, 2.100 menores bajo su tutela por lo que los inmigrantes suponen un 38% del total.

Según la consejera del ramo, María José Sánchez Rubio , «los menores extranjeros son usuarios de los mismos recursos que cualquier otro menor cuya tutela ostente la Junta, ya que es menor antes que extranjero».

En estos centros en los que la Junta ejerce de «padre», hay los «recursos habituales» (personas que se encargan de los menores, actividades educativas y lúdicas, alimentación, vestido...) y también otros específicos para los niños inmigrantes (mediadores interculturales así como educadores de origen árabe que conocen la lengua y costumbres de los niños).

Pero pasar por unos de estos centros no es un camino de rosas. Supone que los niños han de hacer de los trabajadores de la administración y los demás inmigrantes internos su familia y crecer fuera de su entorno, en un país extranjero. A las denuncias de fugas de niños se suman las críticas de organizaciones y ONG que trabajan con los menores y que ponen de relieve que la administración andaluza está «saturada» por la avalancha de estos niños.

Este colapso del sistema asistencial es algo que reconocen desde la propia Junta, que ha pedido en numerosas ocasiones apoyo económico al Gobierno central y a la Unión Europea defendiendo que son la frontera Sur del territorio común. Andalucía ha visto cómo los inmigrantes menores de edad han aumentado un 240 por ciento, indican desde la Consejería de Igualdad. Falta de plazas y fugas de menores o incluso el uso de un camping como solución temporal de alojamiento para los niños inmigrantes son la muestra de algunas de las carencias de la asistencia a estos menores.

Pero, ¿qué pasa cuando estos niños cumplen los 18 años? Cada año unos cuatrocientos jóvenes se ven en esa situación en Andalucía. Sin la tutela de la Junta deben abandonar el país si no encuentran un trabajo con el que poder mantenerse. Es eso o unirse al programa elaborado por la administración andaluza y que se denomina +18, un sistema que les ayuda a formarse para poder encontrar un empleo y cumplir el fin último de su viaje a Andalucía: un futuro mejor que el de la tierra que dejaron atrás .

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