Inundaciones

Vecinos de Málaga inundados: «Estamos asustados. Sólo falta que se desborde el río Campanillas»

A algunos de los afectados hace dos meses aún no se les han evaluado los daños y otros están pendientes de cobro

La Policía Local de Málaga patrulla junto al río Campanillas Francis Silva

J.J. Madueño

El cielo lleva varias jornadas descargando agua sin incidencias graves en la provincia de Málaga, hasta que este martes han vuelto las inundaciones. Otra vez ha sido en Campanillas , el barrio de Málaga que hace dos meses se anegó. La diferencia ahora es que llega con todos los habitantes en sus casas confinados por el decreto del «estado de alarma». Según los vecinos, ha sido el desbordamiento del arroyo «Pilonas» el que ha vuelto a empantanar parte de este núcleo de población. «Esto es tremendo. ¿De dónde viene tanta agua?» , se pregunta Carmen Fernández, portavoz de la Asociación de Vecinos de Campanillas.

Desde primera hora el Ayuntamiento de Málaga envió dotaciones de Bomberos y Protección Civil a Campanillas. Era un dispositivo para tratar de evitar inundaciones graves. Los efectivos cortaron varias calles inundadas, levantaron arquetas y acordonaron zonas, para intentar que los vecinos no volvieran a verse anegados en medio de la crisis sanitaria. Pese en el recuerdo aquella ola de un metro y medio que se paseó por el núcleo de población destrozando todo a su paso. «Estamos asustados. Solo falta que vuelva a llover y se desborde el río Campanillas» , afirma Fernández, mientras observa la llegada de otro frente nuboso que comienza a dejar algunas gotas.

La explicación, según los vecinos, está en el arroyo «Pilonas». «Se hizo un encauzamiento amplio y grande en el Parque Tecnológico de Andalucía, pero se dejó al acabar el parque», asegura Fernández, quien añade que cuando acaba del PTA se vuelve al cauce normal y «se produce un embudo, porque el cauce no puede recoger toda el agua que trae ». «Es cuando se desborda e inunda Campanillas», remarca esta vecina, que está preocupada por la situación de sus vecinos.

Y es que algunos están intentando reponerse de la catástrofe del pasado enero, cuando algunos estuvieron cerca de perder la vida en los sótanos. Algunas familias tenían esta parte de las casas habilitadas como dormitorios. El agua entró y tuvieron que salir corriendo para no ahogarse. Dos meses después, repuestos de aquel susto, vuelven a ver el agua saltando a las aceras y las calles convertidas en arroyos. «Algunos vecinos se gastaron sus ahorros para recuperarse de aquella tragedia, pero ahora les viene esto sin un colchón» , explica Fernández, quien dice que ahora «¿Cómo se socorre a estas personas?».

Máxime cuando los seguros aún no se han cobrado. «Hay muchos afectados que aún no han cobrado la compensación del Consorcio de Seguros y otros a los que no les han terminado de evaluar los daños», afirma la portavoz vecinal, quien explica que «viven con miedo a que se desborden los arroyos cercanos».

Seis millones en daños

En el recuerdo están aquellas graves inundaciones. Unas 500 viviendas se vieron afectadas por una tromba de agua que destrozó todo a su paso. Coches apilados, negocios cerrados por la pérdida de género, vecinos huyendo de sus camas, recuerdos perdidos, garajes convertido en aljibes y un campo de limoneros que acabó siendo un aparcamiento para los vehículos arrastrados por el agua. Las huertas cercanas a Campanillas eran una enorme balsa junto a un barrio que contabilizó en 6,6 millones los daños ocasionados . Se dio parte de la pérdida de 650 coches en un total de 1.200 siniestros presentados al Consorcio de Seguros.

Pero las incidencias no sólo se concentraron en Campanilla. El desprendimiento de un talud de tierra en la calle Sustancia en el distrito de Puerto de la Torre. Las fuertes lluvias provocaron la rotura del conducto de distribución de agua de 15 viviendas, que se quedaron sin suministro .

A su vez, la lluvia cortó tres vías en Alhaurín de la Torre, entre ellas un camino sin matricular, el Camino de las Monjas y la MA-7052. Pero parte se llevó El Borge, donde el servicio de Vías y Obras de la Diputación de Málaga tuvo que retirar los cascotes de varios desprendimientos que taponaban el único acceso al municipio . La misma situación se produjo en una de las entradas de Comares, donde las piedras dificultaban la circulación. En la Serranía de Ronda, en la carretera que une Benaoján con el municipio de Cortes de la Frontera también se ha producido un desprendimiento de rocas que la mantuvo cortada durante parte de la mañana.

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