ESTADO DE ALARMA

Galletas de Italia contra la soledad del confinamiento en Marbella

Anna Dettori reparte cada día unas «amaretti» típicas de Cerdeña entre sus vecinos para sacarles una sonrisa

Anna Dettori en su restaurante en Marbella ABC

J.J. Madueño

Harina de almendras, azúcar y yema de huevo, a veces con café, otras con pasas o limón y una pequeña almendra como toque final. Esta es para muchos vecinos de Marbella la receta de la felicidad en estos días de confinamiento para evitar la expansión del coronavirus. Solos en casa por el encierro, suena el timbre y al abrir los recibe un pequeño surtido de galletas cuya tradición viene directamente de Cerdeña (Italia). Estos dulces contra la soledad son las «amaretti» que Anna Dettori .

Es una vecina altruista que se ha dedicado a endulzar la crisis sanitaria. «Pensé que les gustaría que haya alguien que se acuerde ellos» , afirma esta vecina, que vive junto a la Iglesia de la Encarnación y que señala que su iniciativa «es una forma de sacar una sonrisa en estos días complicados». «Para mí es un placer hacer esto. Lo único que quiero es que sean felices y que desconecten de lo que estamos viviendo. Es una forma de no pensar en qué pasará en el futuro, sino de saborear el presente », explica esta marbellí, que lleva diez años regentando el restaurante italiano «Stuzzikini» en el Casco Antiguo.

Confiesa que nunca, antes de comenzar a hacer las galletas, había hecho repostería, pero que su hermana, que está confinada en Bolonia (Italia), fue la que le dio la idea, ya que ella lo estaba haciendo con sus vecinos. «Mi hermana se los regalaba a un amigo enfermero, a gente que estaba sola y vecinos» , narra Anna Dettori, mientras recuerda que es la razón por la que ella decidió hacer lo mismo.

Las «amaretti» que reparte Anna entre sus vecinos ABC

Así, desde que comenzó el confinamiento, hace ya más de un mes y medio, esta italiana se dedica a hacer estos dulces regalos. «El pasado domingo le di una cuantas a mi doctora. La conozco desde hace años, vive sola y la recibió con mucha alegría. Me dijo que nadie hasta ese momento se había preocupado de sí estaba si triste o enferma», recuerda Dettori, quien no pierde de vista la situación en Italia, donde tiene a su familia.

Mira con preocupación a Cerdeña y Bolonia, donde tiene familia. «La situación está como aquí, confinados, esperando que remita el coronavirus», asegura esta italiana, quien dice que tiene amigos que lo han pasado mal por culpa de la pandemia . «En Italia tengo un amigo que ha perdido a su padre y que su madre está infectada. Ellos viven en el norte y toda la familia lo ha pasado», relata.

A sus familiares los echa de menos. «Es muy duro estar aquí y ellos allí. Lo peor es que no sabemos cuándo podremos volver a vernos , porque no sabemos cuándo se podrá viajar», asevera Dettori, quien dice que sus hermanas han perdido el trabajo debido al cierre de toda la actividad económica. «La situación, tanto aquí como allí, es muy complicada», lamenta.

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