Las monjas dominicas de Baena, asfixiadas por una deuda de 105.000 euros

Las monjas del convento dominico de Madre de Dios en Baena están pasando por una tesitura extremadamente difícil. En una carta remitida a diferentes asociaciones, entidades y particulares aseguran que se encuentran «en una situación de agobio económico» ya que cuentan con una deuda de 105.394 euros, tal y como afirman. La comunidad de religiosas destaca que todo parte de la restauración del artesonado mudéjar del coro del convento y dicen que han sido víctimas de «un engaño». Cuentan que un empresario local les propuso arreglar el artesonado a través de una subvención de Diputación y que esta persona, de la que no quieren revelar su nombre, se encargó de todo. «Nunca nos dio un proyecto ni un presupuesto porque no era con nosotras sino con Diputación», destacan.

«Él hizo la gestión y la obra. Nos lo dio todo hecho, dijo que no teníamos que contribuir a nada y ahora nos exige 49.715 euros», indican.

Las monjas insisten una y otra vez en que «si llegamos a saber la verdad no nos metemos en esto porque sabemos que no podemos», al tiempo que explican que «sabían que el artesonado necesitaba una restauración pero que con los medios que cuentan lo primero es arreglar la casa–convento porque es muy viejo y grande y su mantenimiento es muy caro». Citan como ejemplo que ahora tienen que limpiar el tejado de la iglesia con la cúpula y esto les va a suponer una inversión de más de dos mil euros.

Las dominicas detallan también que el empresario ya ha recibido de ellas 57.900 euros, «que corresponden a 25.000 euros de la subvención concedida por Diputación para la restauración del artesonado y 32.900 euros que han recibido de particulares e instituciones». Con lágrimas en los ojos, una de las hermanas más veteranas del convento lamenta que «jamás pensé que esto iba terminar así: confiábamos en él. Ha tenido nuestras libretas en las manos y sabía que no teníamos nada».

Sobre el resto de los pagos pendientes, que ascienden a 55.679 euros, detallan que «no nos ha sorprendido tanto porque es consecuencia de una obra extraordinaria y muy urgente debido a la situación de ruina de una parte del convento en la que nunca se ha actuado y que cuando empezaron los trabajos se vio claramente que estaba peor de lo esperado». Para poder hacer frente a la deuda las hermanas dominicas han abierto varias cuentas en diversas entidades bancarias para recaudar fondos.