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La fuerza de los valores
He tenido el honor de ser nombrado Embajador de la Marca Ejército, para la difusión y fortalecimiento del mismo
He tenido el honor de ser nombrado Embajador de la Marca Ejército . El acto tuvo lugar en Sevilla, en Capitanía General, presidido por el teniente general José Rodríguez, jefe de la Fuerza Terrestre, quien me entregó la cédula en nombre del jefe del Estado Mayor del Ejército. La propuesta había partido de la Brigada Guzmán el Bueno X . De su jefe, el general Ignacio Olazábal . A todos ellos gracias de corazón.
Marca Ejército es una iniciativa del Ejército de Tierra creada el año pasado para mejorar la percepción, comprensión y conocimiento de la institución en la sociedad española y en el exterior. Me uno a otro cordobés, José Carlos Gómez Villamandos, rector de la UCO, nombrado hace un año. Los embajadores asumimos el compromiso de contribuir a la difusión y fortalecimiento de la visión de la Marca Ejército . Hace veinte años empecé a colaborar con el Ejército, con ocasión de la celebración del 550 aniversario del nacimiento del Gran Capitán. Fui el comisario de la exposición y los actos que recorrieron Córdoba, Granada y Melilla . Aquello fue el comienzo de muchas colaboraciones más y de mi admiración creciente por la labor del Ejército , de su defensa en cada una de mis parcelas profesionales y de lazos de amistad personal con muchos de sus integrantes.
Admiro sus valores: valentía, sacrificio, disciplina, compañerismo, espíritu de servicio y honor, resumidos en el lema que brilla en cada puerta de los cuarteles: «Todo por la Patria» . Un lema que cada buen español puede llevar también dentro de él, pero que los militares rubrican poniendo la vida en su cumplimiento. Valores que ya elogiaba Calderón de la Barca : «Aquí la más principal hazaña es obedecer y el modo cómo ha de ser es ni pedir ni rehusar. Aquí, en fin, la cortesía, el buen trato, la verdad, la firmeza, la lealtad, el honor, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia, fama, honor y vida son caudal de pobres soldados, que en buena o mala fortuna, la milicia no es más que una religión de hombres honrados».
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