El Cristo de Ánimas fue restaurado por Ana Infante de la Torre
El Cristo de Ánimas fue restaurado por Ana Infante de la Torre - Valerio Merino
PATRIMONIO

Las imágenes pasan por quirófano

En poco más de una década han sido varias las tallas procesionales que se han sometido a una restauración

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Todo apunta a que la imagen del Cristo de la Caridad será la siguiente en pasar por las manos de un restaurador para solucionar los problemas con la policromía de la talla y reforzar la estructura de la efigie. De este modo, el Crucificado de San Francisco sería el último de una hornada de grandes tallas que en los últimos años han sido sometidas a una intervención, en algunos casos leve y en otros, de mayor profundidad.

El caso más reciente es el de los dos titulares de la cofradía del Remedio de Ánimas, ambos intervenidos por la restauradora Ana Infante de la Torre. En el caso de la restauración del Crucificado (de junio a septiembre de 2014) la propia Infante confesó que hubo que realizar un trabajo muy importante de conservación y limpiado, ya que parte de la estructura estaba dañada por los insectos xilófagos.

Por su parte, la Virgen de las Tristezas, cuya restauración fue consecutiva a la del Cristo, también fue intervenida para limpiarla y recuperar su antigua policromía.

Muy sonada fue también la restauración de la Virgen de las Angustias en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) entre 2010 y 2011, una intervención que devolvió al grupo escultórico de Juan de Mesa su esplendor del siglo XVII. Asimismo, la Virgen de los Dolores fue recibida en San Jacinto por el obispo de entonces, Juan José Asenjo, tras su rehabilitación en 2008 en los talleres de Enrique Ortega y Rosa Cabello. En esta restauración, se realizaron mejoras en la estructura y en la policromía de la talla.

También entre 2007 y 2008 y también en el estudio de Ortega, Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo, de la cofradía de la Misericordia, fue sometida a una intervención para repararle una grieta en el cuello y para reforzar la unión de los materiales.

A estas restauraciones, hay que sumar, entre otras, la llevada a cabo al Cristo del Amor en Regespa en 2010, a la Virgen de Gracia y Amparo en 2004 para rehacer su policromía antigua, a la Virgen de la Paz y Esperanza, que fue intervenida en 2006 para devolverle el aspecto anterior a la restauración ejecutada en 2004, y a Cristo del Calvario, en 2002.

Aunque entre unas y otras ha pasado poco más de una década, los nuevos avances y técnicas han permitido tratar a las imágenes de una forma más precisa y menos agresiva que antaño, donde se utilizaban, entre otros componentes, piezas metálicas. Además, las últimas intervenciones han sido llevadas a cabo por restauradores especializados, característica que no siempre se había tenido en cuenta.

Ver los comentarios