La inestabilidad del Córdoba CF empieza en las alineaciones

Luis Miguel Carrión recordó en la previa del partido ante el Lugo que el fútbol son resultados. Y que, en función a estos, se puede determinar, entre otros factores, el futuro de un entrenador. Desde su llegada al primer equipo el pasado 30 de noviembre, los números dicen que ha sumado 8 puntos ligueros sobre 24 posibles y que la clasificación es ya peor de la decimosexta en la que lo dejó Oltra.

Y eso hace que en la planta noble se hayan activado los nervios. Porque el Córdoba está en una situación que no se esperaba Alejandro González cuando accedió al cargo. De hecho, en su primer discurso, el mandatario llegó a decir que «toda temporada en la que el Córdoba no esté en Primera es un fracaso».

Sin embargo, y pese al peligro, desde el club no se ha variado el discurso oficial.

Desde el consejo de administración se empieza a barruntar la necesidad de un cambio en el banquillo con el fin de dar otro giro a la situación, si bien con el de Oltra no se ha terminado de conseguir. Pero también emerge la figura de Emilio Vega, quien se muestra reacio a ejecutar soluciones drásticas, siguiendo la versión mantenida con la idea de no hacer grandes retoques en la plantilla en el mercado de invierno.

En todo caso, lo que sí resulta evidente es que el Córdoba está en problemas. Y más allá de la clasificación se refleja en el hecho de que en la era Carrión nunca ha repetido equipo de salida. Es cierto, que entremedias ha tenido la Copa del Rey con las eliminatorias ante el Málaga y el Alcorcón. Sin embargo, ha podido acusar esa falta de continuidad más allá de que el propio entrenador afirmara que le habría gustado tener esa regularidad.

Pero hay casos que llaman poderosamente la atención para explicar los volantazos que ha venido dando el equipo a lo largo de esta nueva etapa. De hecho, no más de cuatro jugadores podrían catalogarse como indiscutibles en esta fase. Kieszek, Cisma y Rodri, al igual que en la fase de Oltra, a los que se suman dos de la cosecha de Carrión como son los casos de Héctor Rodas y Edu Ramos.

Por lo demás, demasiados cambios. Así, por ejemplo, el dibujo de salida, que constaba de un 4-1-4-1 con matices empezó a variar a un 4-3-3 y hasta un 4-2-3-1, como sucedió en el último compromiso de los blanquiverdes. Por lo tanto, se puede hablar de una evolución en cuanto a los planteamientos ante la falta de resultados.

Pero eso también tiene reflejo en las alineaciones. De primeras, Carrión apostó de manera decidida por jugadores que promocionaron del filial con él como Javi Galán y Esteve. De hecho, al barcelonés no le tembló el pulso a la hora de alinearlos en los primeros partidos y éstos respondieron a la perfección. Javi Galán, incluso, abrió el camino de la victoria en el compromiso ante el Oviedo en el Tartiere. Sin embargo, la participación de ambos decreció tras la derrotan ante el Tenerife y ayer fueron alineados por Losada ante el Sanluqueño. Eso sí, por necesidad, el técnico echó mano de Moha Traoré en el Anxo Carro.

También llama la atención que Aguza, con sólo dos entrenamientos, formó parte del equipo de salida, mientras que Bíttolo quedó inédito en el banquillo con una semana de entrenamientos. De hecho, llama poderosamente la atención el hecho de que Bergdich, uno de los jugadores que tenían opciones de salir en el mercado invernal, tuvo minutos con el preparador barcelonés, algo que no se había dado hasta la fecha. Por lo tanto, y a falta de que pueda debutar Bíttolo, ya han disfrutado de minutos todos los componentes de la primera plantilla.

En sí, demasiados cambios para un equipo que ha perdido la idea de juego que ya había aplicado Luis Miguel Carrión en el filial. Además, con el añadido de que el Córdoba sigue encajando goles (presenta uno de los peores registros de la categoría), pese a que desde el club se apostó por no contar con un defensa central, y no marca más allá del anotado el fin de semana pasado por Rodri.