Aspecto del cielo cordobés, ayer, con la nube de polvo sahariano sobre la ciudad
Aspecto del cielo cordobés, ayer, con la nube de polvo sahariano sobre la ciudad - VALERIO MERINO
METEOROLOGÍA

¿Apatía y mal humor? La culpa es del calor

El periodo de gran calor tiene claros efectos sobre el comportamiento de las personas

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La meteorología se ha propuesto batir todos los récords en Córdoba durante este verano. A la insoportable ola de calor vivida en los meses de junio y julio, la más larga que se recuerda, hay que sumar la noche más cálida vivida en la madrugada del pasado jueves al viernes, en la que la mínima registrada en el aeropuerto fue de 27,4 grados.

Con estos datos, resulta evidente pensar que el cuerpo se resiente. Pero, ¿hasta qué punto pueden influir las altas temperaturas en el comportamiento humano? Apatía, cansancio o mal humor son las consecuencias más comunes, aunque los expertos van más allá.

A los estudios que demuestran que los mayores índices de violencia se producen en la época estival por el incremento de la agresividad, hay que sumar que es durante las vacaciones cuando más parejas deciden poner fin a su relación.

Aunque en ambos casos hay muchos más factores que influyen en esta toma de decisiones, no es baladí que este aumento coincida con la subida de los termómetros.

La psicóloga Ana Nieto, de la clínica de Neuropsicología Impulso, explica que este calor provoca «un estado de ánimo más bajo que se refleja en una mayor apatía, irritabilidad e impulsividad». Esta afirmación tiene una base científica, ya que «el hipotálamo trabaja mucho más para la regulación de la temperatura y la mente, a la vez que el cuerpo, se resienten».

Aunque estas consecuencias son extensibles al total de la población, son las personas con problemas tensionales o depresivos las que más lo notan, «ya que son más sensibles a los cambios».

Insomnio

Si es cierto que el umbral del sueño se encuentra por debajo de los 22 grados, los cordobeses lo están teniendo complicado para citarse con Morfeo. Aquí hace aparición la ansiedad, que se suele disparar durante las noches en vela. Aunque no existe una pócima mágica para poder dormir a pierna suelta cuando los termómetros están a punto de estallar, sí es conveniente, por lo menos, seguir unas mínimas pautas. Así, para Amparo Moreno, psicóloga del centro GET propone «modificar mentalmente la manera de afrontarlo, evitar agobiarse y pensar que es una oleada temporal de calor».

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