El Allure of the seas, en el puerto de Málaga
El Allure of the seas, en el puerto de Málaga - EFE/Daniel Pérez

El crucero más grande del mundo está en Málaga

El Allure of the seas está en Málaga este miércoles. Te contamos cómo es el barco, cómo recibe la ciudad a los cruceristas... y cómo atraca este gigante del mar en el puerto español

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El puerto de Málaga ha recibido este miércoles al Allure of the Seas, el barco más grande del mundo y gemelo del Oasis of the Seas, que ya visitó la ciudad en dos ocasiones y que atrajo la atención de miles de malagueños.

Desde Málaga se dirigirá a Barcelona, su puerto base, desde donde realizará cruceros por el Mediterráneo a partir del 19 de mayo. El barco hará también escalas semanales en Palma de Mallorca.

El «Allure of the Seas», que vio la luz en 2010, es un destino en sí mismo. Destacan la piscina de saltos acrobáticos más profunda de alta mar (5 metros), un parque con 12.000 plantas naturales, bautizado como Central Park; una tirolina, dos piscinas para la práctica de surf...

Tiene capacidad para 6.300 pasajeros, una eslora de 360 metros, un alzado de 72 metros sobre el mar y un registro bruto de 225.282 toneladas. Gimnasio, spa, cuatro tipos diferentes de piscina, 10 jacuzzis, pista de patinaje sobre hielo, y los mejores espectáculos musicales, son otras de las sorpresas que navegan a bordo de este «rascacielos en alta mar».

El área de Turismo del Ayuntamiento de Málaga ha puesto en marcha diversas actividades musicales y lúdicas en el centro histórico para recibir al barco que estará en la capital andaluza entre las 08:00 y las 20:00 horas, informa Europa Press.

El programa de actividades se desarrollará durante toda la jornada. Así, por la mañana, de 11:00 a 14:00 horas, la plaza de la Constitución acogerá la actuación del grupo Flamenkura; mientras que en este mismo escenario, entre las 16:00 y las 19:00 horas, está prevista la actuación de la artista Marta Guzmán, según han informado desde el Ayuntamiento malagueño.

Además, también en la plaza de la Constitución se instalará un fotomatón para que los turistas que lo deseen se hagan fotos personalizadas con elementos típicos de la ciudad y las suban directamente a las redes sociales, según han manifestado a través de un comunicado.

Por otra parte, en la estación marítima se realizará una actividad en la que los niños que viajen en el barco tendrán la oportunidad de conocer algunos aspectos de la historia de la ciudad e incluso realizar cuentos personalizados con conocidos personajes malagueños.

El grupo Royal Caribbean tiene una larga vinculación con Málaga. Este año tiene previsto visitar la ciudad 23 veces con sus diferentes barcos, con lo que habrá traído a la ciudad a casi 79.000 pasajeros.

La semana pasada la directora de cuentas de Royal Caribbean, Rosángeles Madriz, y la directora de desarrollo de productos de esta misma compañía, Helen Panagos, estuvieron para conocer la nueva oferta turística de la ciudad gracias a un viaje de familiarización organizado por el Área de Turismo.

Así atraca el Allure en el puerto de Málaga

Pilar Martínez, periodista del diario Sur, ha entrevistado al práctico Vicente Merayo para que nos explique cómo llevó el pasado mes de septiembre a la terminal al gemelo de este barco, el Oasis, el más grande que ha entrado al Puerto en toda su historia.

La llegada de este gigante de la navegación fue todo un acontecimiento en la ciudad, que se volcó para recibir y despedir un barco con dimensiones de impacto, y todo un hito en la historia del Puerto. Nunca antes había recalado un barco tan grande, es decir, con 225.000 toneladas, aunque sí con mayores dimensiones de eslora. El capitán de la Marina Mercante y Práctico Mayor del Puerto de Málaga Vicente Merayo fue el encargado de meter el barco en el puerto y llevarlo hasta el muelle. Reconoce que fue un momento muy especial. Recuerda cada uno de los instantes de las dos fases principales en las que se divide la operación. «La operativa vino a durar una hora y media. La primera parte es la más delicada. Se trata de la entrada al puerto y de la maniobra de atraque. Luego viene el amarre, que con las dimensiones del barco se prolongó durante otros 45 minutos. Eran una barbaridad de cabos los que hubo que atar», precisa este profesional asturiano que ocupa desde hace 16 años este puesto, en el que viene a realizar una media de 900 maniobras al año. Asegura que en Málaga son tres profesionales, de los 236 que hay en España, los que realizan estas tareas de asesoramiento a los capitanes de los barcos de más de 500 toneladas, que por ley tienen que recibir este servicio público para entrar, salir o moverse por las instalaciones.

«Un crucero como el «Oasis» o el «Allure» es más el impacto mediático que la complejidad técnica. Estos barcos están equipados a la última. Tienen potentes hélices orientables y la capacidad de maniobra es increíble», explica, para responder con rotundidad que durmió muy tranquilo la noche antes, si bien reconoce que la operación le requirió una atención especial. «Lo más preocupante en una maniobra de este tipo es el viento, pero fue una jornada de calma. Además, se abrió el día durante el proceso. Pesaba más el hecho de que era la primera vez que el mayor crucero del mundo tocaba un puerto en Europa, que era el de Málaga, que era el barco de mayor tonelaje recibido en estas instalaciones y que fue un 11 de septiembre, con las connotaciones de esta fecha. De hecho en todo momento contó con un dispositivo especial de seguridad», recuerda.

Asegura que todo ocurrió con la máxima normalidad. «Una hora antes de la llegada avisa el barco y cuando ya se aproxima al puerto, el práctico sale en lancha en busca del crucero, que lanza una escalera por la que accedemos al crucero. En el caso del Oasis no fue muy complicado», señala. Recuerda que en el puente de mando había unas diez personas, entre los dos capitanes y oficiales, que pese a la novedad de la operativa se mostraron muy tranquilos. «Tras el habitual intercambio de información técnica, cuya conversación queda siempre grabada, comenzamos la maniobra. Una vez dentro del barco no impresionan tanto las dimensiones. Además, cuenta con la ventaja de tener el puente muy en la proa», precisa. Sobre el momento más complicado no duda en señalar que fue el giro de unos 40 grados que hay que realizar una vez pasada la bocana para llegar hasta el muelle de atraque. «La dificultad está en que hay que pasar muy cerca de la esquina», dice, para continuar relatando que: «entramos muy despacio, a unos cuatro o cinco nudos. Todo fue muy bien. El capitán se mostró contento. Se le veía feliz».

Este miércoles será otro compañero, José Reyes, el encargado de repetir la operación, pero con el gemelo Allure of the Seas. Sobre si le ha dado algún consejo, señala: «no es necesario. Es un gran profesional».

Ver los comentarios