El Papa recibirá a Trump el 24 de mayo

La Casa Blanca ha incluido una parada en El Vaticano para la primera gira de Donald Trump a Europa. No ha sido fácil: el Air Force One deberá aterrizar en Roma el miércoles 24 de mayo antes de volar hacia Bruselas para la cumbre de la OTAN y luego regresará de nuevo a Italia para la cumbre del G-7 en la ciudad transalpina de Taormina, en Sicilia.

El encuentro tendrá lugar en El Vaticano a las 8:30 de la mañana, justo antes de la audiencia general que el Papa tiene prevista para las 10. Trump y sus colaboradores también se reunirán con el secretario de Estado del Vaticano Pietro Parolin y con el ministro de exteriores de la Santa Sede, Richard Gallagher.

Pese a que era consciente de que visitar Italia sin reunirse con el Papa hubiera sido un gesto descortés, Trump ha mantenido el suspense hasta casi el último minuto. Aunque al final, sus asesores le han convencido de que este encuentro tiene más ventajas que inconvenientes.

En abril, durante la rueda de prensa en el despacho oval junto al primer ministro italiano Paolo Gentiloni, Trump había confirmado que le gustaría reunirse con el Papa, pero no había aclarado si el encuentro tendría lugar durante esta visita a Europa. Semanas antes, se había especulado mucho acerca de si Trump tenía o no intención de llevar a cabo este encuentro.

El pasado sábado, Francisco aseguró durante su vuelo de regreso de Egipto que «la Secretaría de Estado no me ha dicho aún si el presidente ha solicitado un encuentro». «En cualquier caso yo recibo a todos los presidentes que lo solicitan», añadió.

Sobre el contenido de la reunión, la Casa Blanca solo confirma que en ella se abordarán «cuestiones de interés mutuo». En su última rueda de prensa Francisco aseguró que le gustaría hablar con los presidentes de Estados Unidos y Corea del Norte para invitarles a buscar una solución diplomática a la crisis.

Sin duda el Papa y Trump intercambiarán impresiones sobre la situación en Siria y la derrota del ISIS. También pueden encontrar otras cuestiones de interés común en sus respectivas batallas contra el desempleo o la libertad religiosa.

Las relaciones entre el Francisco y Donald Trump alcanzaron su peor momento en febrero de 2016, meses antes de las elecciones a los Estados Unidos. Entonces, respondiendo a una pregunta sobre la religión del entonces candidato republicano, el Papa dijo que «una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiana. Esto no está en el Evangelio», aseguró, aunque después alivió sus declaraciones. «Hay que ver si ha dicho estas cosas. Y por ello dejo el beneficio de la duda», matizó.

«Que un líder religioso cuestione la fe de una persona es vergonzoso», respondió Trump entonces, que dijo que deberían avergonzarse por usar al Papa como un peón. «Si El Vaticano es atacado por ISIS les puedo prometer que el Papa solo rezaría y desearía que yo fuese presidente». Respecto a la construcción del muro, dijo que «el Papa sólo escucha una parte de la historia, no vio el crimen, el tráfico de drogas y el negativo impacto económico que tienen las actuales políticas en Estados Unidos».