El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo
El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo - Maya Balanya

Los obispos reciben «con alegría» que los sacerdotes puedan absolver el pecado del aborto

El portavoz de la Conferencia Episcopal recuerda que «la misericordia de Dios no tiene la puerta cerrada a nadie»

Madrid Actualizado: Guardar
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El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el sacerdote José María Gil Tamayo, aseguró este lunes que los obispos reciben «con alegría» que los sacerdotes puedan absolver el pecado del aborto, según lo establece el Papa Francisco en su Carta Apostólica «Misericordia et misera», con motivo de la finalización del Año Jubilar.

«El Papa recuerda en esa carta que nada de cuanto un pecador arrepentido coloca delante de la misericordia de Dios queda sin el abrazo de su perdón. Por ello, para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios concede a los sacerdotes esta facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado del aborto», aseguró el portavoz de los obispos, al término de la sesión inaugural de la Asamblea Plenaria.

Siguiendo las indicaciones del Santo Padre en su documento, Gil Tamayo explicó que el aborto es «un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente». Sin embargo, añadió que «la misercordia de Dios no tiene la puerta cerrada a nadie y que nadie debe perder la esperanza de que Dios le perdona».

Durante el Año Jubilar de la Misericordia que el Papa clausuró este domingo, todos los sacerdotes podían perdonar el pecado de aborto, reservado habitualmente al obispo o al penitenciario de la catedral por su especial gravedad. El canon 1398 del Código de Derecho Canónico advierte que las personas que colaboran para que un aborto se consume «caen bajo la pena de excomunión automática».

Antes del Año Jubilar, aunque la persona hubiese obtenido la absolución de su pecado de parte de un sacerdote, la «remisión de la excomunión estaba reservada al obispo» o el penitenciario diocesano. Con la nueva decisión del Papa, cualquier sacerdote podrá absolver el pecado y levantar la pena.

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