Las manchas pueden ir acompañadas de ataques de asma
Las manchas pueden ir acompañadas de ataques de asma - D.M.

La mujer que es alérgica a sus propias lágrimas

Kerrie Armitage padece «urticaria acuagénica», una enfermedad que hace que tampoco pueda besar a sus seres queridos

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Para la mayoría de la población, los besos o las lágrimas son una forma de mostrar sus sentimientos. Sin embargo, para la británica Kerrie Armitage (residente en Leeds) son algo más. Son una tortura. Y es que, esta joven de 28 años tiene una extraña enfermedad conocida como « urticaria acuagénica» que provoca que le broten una serie de manchas rojas en el cuerpo cuando entra en contacto con el agua u otros compuestos como –por ejemplo- la saliva o el sudor.

Armitage fue diagnosticada con esta enfermedad hace aproximadamente dos años, cuando notó que le habían nacido decenas de pequeñas ampollas después de que le cayera un chaparrón encima. Desde ese momento, y tal y como afirma el diario « Daily Mirror» en su versión en línea, tiene miedo a besar tanto a sus hijos como a su marido.

«Si los labios de Peter están mojados, la saliva puede hacerme reaccionar. Tiene que asegurarse de que están secos para que no me de un ataque de asma. Después de tantos años puede parecer una molestia, pero lo conviertes en algo normal», señala la joven en declaraciones recogidas por el diario británico. A su vez, tampoco puede abrazar a sus hijos o a su marido si sospecha que su piel puede tener sudor, pues el resultado es el mismo.

Espalda de la afectada después de una reacción alérgica
Espalda de la afectada después de una reacción alérgica

Sin embargo, una de las mayores dificultades que ha traído consigo la «urticaria acuagénica» es que no le permite llorar, pues –si se le escapa tan sólo una lágrima- le nacen decenas de manchas. Por descontado, esta enfermedad hace que no pueda desempeñar determinados trabajos, tales como el de asistenta de hogar (labor que hacía hasta hace poco y que ha tenido que abandonar por temor a tocar con su piel desnuda algún producto de limpieza).

«Afecta a todos los aspectos de mi vida diaria. Tengo que elegir entre hacer la colada y bañar a mis hijos. Mis manos no pueden resistir ambas cosas», añade.

Esta mujer se ha visto obligada a su vez a no enfadarse ni excitarse demasiado, pues su propio sudo puede desencadenar una reacción alérgica. El deporte es otra actividad que tiene prohibida para evitar esta dificultad. «He tenido que descartar por completo el ejercicio. Tampoco bebo agua fría porque tengo que introducirla en el fondo de la garganta para que no reacciones y me hace daño», destaca.

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