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Diez años del carné por puntos

El consenso es generalizado sobre el acierto de su aplicación, pero algunas fuentes discrepan por completo de esta perspectiva

Madrid Actualizado: Guardar
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El 1 de julio se cumplen 10 años de la entrada en vigor del permiso por puntos. En conjunto, existe consenso en que ha sido beneficioso al reducir la mortalidad en carretera. Sin embargo, para compañías como Dvuelta establecer relaciones causa/efecto como ésta es poco riguroso y estadísticamente cuestionable.

En este sentido, indica que en una realidad multifactorial como es la circulación y la siniestralidad vial es inadecuado focalizar en un solo hecho la responsabilidad del éxito o el fracaso de una política de seguridad vial. Y apunta a que la siniestralidad (accidentes con víctimas) lleva 10 años casi estancada, según datos del Anuario Estadístico de la DGT correspondiente a 2014, último ejercicio disponible:

Accidentes con víctimas:

2005: 91.187

2006: 99.797

2007: 100.508

2008: 93.161

2009: 88.251

2010: 85.503

2011: 83.027

2012: 83.115

2013: 89.519

2014: 91.570

2015: N/D

(Fuente: DGT)

Por ello, y según Dvuelta, si el objetivo del carné por puntos era reducir la siniestralidad, entonces cabe hablar de un fracaso sin paliativos, valorando los datos señalados. De hecho, remarca que entre los dos años (2005 y 2007) en que la modalidad sancionadora entró en vigor, la siniestralidad creció en 9.000 accidentes con víctimas.

A partir de ahí sí se verifica un cierto descenso, pero es realmente a partir del 2010, con el estallido de la crisis económica (con un acusado descenso de los desplazamientos por carretera), cuando se aprecia una reducción clara.

Con el fin de la crisis, en 2012, y el aumento de la circulación, de nuevo repunta, para cerrar 2014 prácticamente con la misma cifra de accidentes con víctimas que en 2005.

Subraya que, de servir para algo, el carné por puntos podría ayudar a reducir los accidentes, no para mitigar su gravedad.

También que el efecto del descenso en los desplazamientos (por la crisis) en la mortalidad vial siempre es mayor en vías convencionales, donde suceden los accidentes más graves con el 80% de los fallecidos. A ello se suman el desdoblamiento de muchas carreteras, la mejora en las asistencias sanitarias y en los sistemas de seguridad de los vehículos, principales factores de la reducción de la mortalidad durante esos años (2005-2012).

Más laxo

Devuelta denuncia que "a los malos conductores (drogas, alcohol, actitudes temerarias) el carné por puntos les regaló un sistema más laxo y tolerante que el precedente, cuando la comisión de una infracción grave aparejaba retirada de carné por un tiempo. Ahora solo se pierden los puntos, que se pueden recuperar previo pago del correspondiente curso".

"Por ejemplo -remarcan las mismas fuentes-, un conductor que diera positivo por alcohol antes del carné por puntos perdía automáticamente el carné entre 3 y 6 meses, además de recibir una multa. Ahora paga la multa (menos importe que antes si se acoge al pronto pago) y pierde 6 puntos. Así, puede acumular varias sanciones de alcoholemia toda su vida sin perder el carné. Lo mismo con los grandes excesos de velocidad, la conducción temeraria o las drogas".

Dvuelta sentencia que "el sistema no es malo en sí, pero sí la manera en que se aplica en España, por no recordar que no se acompaña de medidas a medio y largo plazo, como una mejora de la formación de los conductores y una política de educación vial, ya desde la ESO".

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