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Conducción eficiente en 10 pasos

Un conjunto de sencillos hábitos permiten ahorrar más de lo que pensamos conduciendo, tanto en combustible como en emisiones. Dependen de nosotros

Madrid Actualizado: Guardar
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No es tan difícil ahorrar gasolina conduciendo, sin más bien todo lo contrario. Como tantas otras cosas en la vida, basta con adquirir una serie de sencillos hábitos para constatar que la técnica funciona.

De ahí propuestas como la de CEA, que incide en prácticas cotidianas para que nos salga más barato movernos con el coche a diario y, de paso, reduzcamos emisiones y circulemmos de forma más segura y confortable:

1. Arranque y puesta en marcha: arrancar el motor sin pisar el acelerador. En los motores de gasolina, iniciar la marcha inmediatamente después del arranque. En los diésel, esperar unos segundos antes de comenzar la marcha, hasta que la mecánica cobre temperatura.

2. Primera marcha: solo para el inicio de la marcha; cambiar a 2ª a los 2 segundos ó 6 metros aproximadamente.

3. Aceleración y cambios de marchas: según las revoluciones, en los motores de gasolina entre 2.000 y 2.500 rpm; en los diésel, entre 1.500 y 2.000 rpm. Según la velocidad, pasa a 2ª marcha a los 2 segundos o 6 metros; a 3ª a partir de unos 30 km/h; a 4ª marcha a partir de unos 40 km/h; y a 5ª marcha por encima de unos 50 km/h. Acelera tras engranar la marcha.

4. Utilización de las marchas: circula lo más posible en marchas largas y a bajas revoluciones, con el acelerador pisado en mayor medida que en marchas cortas. En ciudad, siempre que sea posible, utiliza la 4ª y 5ª marcha.

El coche consume menos en las marchas largas y a bajas revoluciones. Por ejemplo, un coche de pequeña cilindrada (1,2 litros), circulando a una velocidad de 60 km/h. De promedio, en 3ª marcha el coche consume 7,1 l/100km; en 4ª, 6,3 l/100 km (un 11% menos); y en 5ª 6 l/100 km (un 15% menos).

5. Velocidad de circulación: mantenerla lo más uniforme posible. Busca fluidez en la circulación, evita frenazos, aceleraciones y cambios de marchas innecesarios. El consumo aumenta en función de la velocidad elevada al cuadrado. Un aumento de velocidad del 20% (pasar, por ejemplo, de 100 a 120 km/h) supone un aumento del 44% en el gasdto (de 8 l/100 km a 11,5 l/100 km).

6. Deceleración: ahuecar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo con la marcha engranada en ese instante, por inercia. Frenar de forma suave con el pedal del freno. Reducir de marcha lo más tarde posible, con atención en las bajadas.

7. Detención: siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, deten el coche sin reducir previamente de marcha.

8. Paradas: si son prolongadas (por encima de 60 segundos), apaga el motor.

9. Anticipación y previsión: conducir siempre con una adecuada distancia de seguridad y un amplio campo de visión, que permita ver 2 ó 3 vehículos por delante. En el momento en que se detecte un obstáculo o una reducción de la velocidad de circulación en la vía, levantar el pie del acelerador para anticipar las siguientes maniobras.

10. Seguridad: en la mayoría de las situaciones, aplicar las reglas de la conducción eficiente contribuye al aumento de la seguridad vial. Obviamente, existen circunstancias que requieren acciones específicas distintas, para que la seguridad no se vea afectada. Con todo, recuerda que yendo en cualquier marcha, sin pisar el acelerador y por encima de 1.500 rpm, o unos 20 km/h, el consumo es nulo.

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