Solo un milagro puede hacer que Kasich le quite la nominación a Trump

La victoria del John Kasich en el «minisupermartes» de Ohio es insuficiente para detener a Donald Trump, pero ha tenido el efecto de cambiar la pieza con la que el establishment intenta desmontar su triunfal campaña. Junto a la apabullante derrota de Marco Rubio en su territorio, en Florida, por 19 puntos, el gobernador sustituye al retirado senador cubanoamericano como tercera vía.

Sus opciones de victoria son nulas. Matemáticamente, no puede llegar al número de delegados, pero puede concentrar muchos de los votos que deja Rubio y recorrer todo lo que queda de proceso de primarias hasta la convención de julio.

Tampoco lo tiene fácil, porque Ted Cruz, el otro senador de origen hispano, pese a su mala noche, sigue segundo en la carrera.

Los esfuerzos de ambos por conectar con la herencia electoral de Rubio se iniciaron ya la noche electoral. Kasich, pidiendo un homenaje para el hispano, quien había llegado a pedir a sus seguidores el voto al gobernador en Ohio, con el fin de frenar a Trump.

Repartirse las sobras

Cruz, aludiendo a su amistad con Rubio, ensalzando su campaña y anunciando sus «brazos abiertos para quien decida venirse a nuestro lado». Pero, mientras Trump se mantenga en torno al 40% del voto en la mayoría de los estados, a lo único que pueden aspirar sus dos rivales es a repartirse las sobras.