Un arrollador Trump roza ya el promedio de nominación

Suma casi la mitad de los delegados, tras vencer en todos los estados excepto Ohio, donde le ganó Kasich

Retirado Rubio tras perder en Florida, la carrera ya es cosa de tres: Trump, Ted Cruz y Kasich

Washington Actualizado: Guardar
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Donald Trump, el polémico showman que cuando irrumpió el pasado julio parecía más una serpiente de verano que un candidato con posibilidades serias, se acerca al promedio para lograr la nominación republicana, con cerca de la mitad de los delegados disputados hasta ahora (612 de 1.311). Le bastaría con mantener el ritmo actual para lograr los 1.237 que llevarían a su proclamación virtual antes de la convención de julio, como es tradición. Tras otra jornada triunfal, en el llamado segundo supermartes, el millonario logró la victoria en cuatro de los cinco estados que se disputaban y fulminó a Marco Rubio, que anunció su retirada tras recibir un revés en su propio estado, Florida. Lo mismo hizo Trump en Misuri, Illinois y Carolina del Norte.

En los tres primeros, que se disputaban por el sistema mayoritario (aunque en Misuri sólo al 50%), se llevó todos los delegados en juego. Sólo John Kasich, el otro triunfador de la noche republicana, fue capaz de frenarle en Ohio, estado del que es gobernador. Falta mucho, pero, lejos de perder ritmo, Trump se muestra más fuerte a medida que avanza el proceso.

La batalla de Florida, el gran termómetro para medir la fortaleza del magnate y del único que podía frenarle allí, el senador Marco Rubio, originario de ese estado, se decantó del lado del primero. Pero no fue una victoria cualquiera. Trump arrasó literalmente al cubanoamericano, al superarle por 18 puntos, tirando por tierra el último esfuerzo de Rubio por permanecer en la carrera presidencial. Al igual que ocurriera en su día con otro republicano procedente de Florida, el exgobernador Jeb Bush, el hispano tiró la toalla y se retiró de la campaña.

La trayectoria vencedora del controvertido showman es indiscutible. Nadie en la historia de las primarias republicanas había ganado en tantos estados a estas alturas (20 de 32). Además, sus triunfos se extienden por estados de todos los colores. Ayer venció en Florida, con una alta presencia de hispanos. Como lo hizo en la industrial Illinois, de la mano de los llamados «blue collar», los trabajadores blancos. Por si le faltaba algo, el Medio Oeste, el único que se le resistía hasta ahora, cayó de su lado al imponerse en Misuri, aunque esta vez dejó detrás a Ted Cruz por apenas 2.000 votos de diferencia, en un recuento apretadísimo.

Ohio fue la excepción ayer. John Kasich obró la hazaña de derrotar a Donald Trump, sumando dos elementos favorables: los resortes del poder, desde su puesto de gobernador del estado, junto al respaldo de Marco Rubio, cuya campaña había llamado a respaldar a Kasich, en un intento de que el único que podía logra el triunfo allí pudiera frenar al millonario. Después de su victoria ayer, Kasich se convierte en el candidato del establishment frente a los outsiders, Trump y Cruz, aunque están por ver los próximos movimientos en torno a la campaña.

De momento, ayer, los dos aspirantes alternativos a Trump, Kasich y Ted Cruz, tardaron minutos en disputarse la herencia de votos de Marco Rubio. El gobernador felicitó al cubanoamericano por su campaña en sus primeras palabras ante los seguidores. Poco más tarde, el senador invitaba a «todos los que respaldaban a Rubio a sumarse a nuestra campaña; les recibimos con los brazos abierto»”.

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