Un grupo de empresarios se divierten durante una cena benéfica celebrada en un selecto hotel de la capital venezolana
Un grupo de empresarios se divierten durante una cena benéfica celebrada en un selecto hotel de la capital venezolana - ÁLVARO YBARRA ZABALA

Ser rico es malo 

El fallecido expresidente Hugo Chávez se dedicó durante sus años en el poder a atacar a los empresarios. No había oportunidad que desaprovechara para decir: «Ser rico es malo (...) los ricos me atacan porque yo digo eso, pero yo digo que es malo»

Caracas Actualizado: Guardar
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En esa frase se apoyaba en su empeño de construir el socialismo del siglo XXI. De esta manera el chavismo instauró una política para desincentivar la presencia de compañías internacionales en Venezuela, que abarcó casi todos los sectores de la economía y en particular los de construcción, agroindustrial, petrolero, comercial y alimentos. El mandatario empezó a implementar una ley que permite al Estado tomar latifundios o tierras improductivas. Desde entonces, el Gobierno ha expropiado unos tres millones de hectáreas para intentar impulsar la producción agrícola y combatir la pobreza rural. La justificación para ello fue  argumentar que se aplicaba la ley contra todas las empresas con pobre rendimiento, indispensables para el avance de sectores claves o que explotaban a los trabajadores, pero los hechos han demostrado lo contrario.

La Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela Fedecamaras, en sus informes señala que la crisis que atraviesa el sector productivo en el país se comenzó a gestar en 1998. Desde ese año las industrias han reportado una caída del 40%. De 11 mil 200 empresas registradas para ese entonces, hoy solo se pueden contar siete mil, ya que unas cuatro mil 200 han cerrado y aproximadamente unas 1500 se intervinieron en los catorce años que Chávez  se mantuvo en el poder.

El caso de la empresa española- venezolana Agroisleña con más de 50 años en el país que suministraba 70% de los insumos agrícolas y prestaba financiamiento directo a más de 18.000 productores, es uno de los ejemplos más emblemáticos. Chávez en su popular programa  Aló, Presidente número 364, del año 2010 expresó la necesidad de convertir al país en una potencia agroindustrial. «Debemos recuperar tierras». «A partir de ahora, dijo, la Agroisleña pasa a ser "propiedad popular». Lo que había sido una empresa que impulsaba al sector primario, pasó hacer en pocos meses un modelo de negocio fracasado dependiente del músculo financiero del petróleo. 

Las grandes empresas poco a poco han ido desapareciendo y pasando en manos del gobierno socialista que ahora quiere apoderarse de Empresas Polar la empresa de alimentos más importante del país que desde hace varios años  supone un 3% no petrolero del Producto Interno Bruto de Venezuela. Empresas Polar se jacta de generar el 3% del PIB no petrolero de Venezuela y de contribuir con 4% de los impuestos no procedentes del crudo

Este grupo industrial es liderado por Lorenzo Mendoza, que es uno de los hombres más rico del país y de América Latina con una fortuna estimada en US$4.000 millones, según la revista Forbes y que ahora  está en la mira de la justicia al ser acusado de traición a la patria por presuntamente  usurpar las funciones del presidente Maduro.

Polar atiende a más de 38.000 clientes a escala nacional, entre ellos más de 20.000 pequeños establecimientos en zonas populares y rurales. Su alcance no solo se ha quedado paralizado en Venezuela desde 1996 tiene operaciones en Colombia, donde vende alrededor de 120 millones de dólares al año. En Estados Unidos  tiene una planta para la producción de maltas en México es socio de una embotelladora de gaseosas y recientemente fundó Pascual Andina en sociedad con el español Grupo Leche Pascual, para su expansión en Suramérica, que ya comercializa la marca MiGurt en Venezuela.

Para muchos analistas las elecciones parlamentarias que se realizaran en el mes de diciembre son las responsables de esta nueva arremetida en contra del empresario para señalarlo como culpable de la inflación y la escasez y el Estado tomar el control absoluto del  abastecimiento de alimentos que políticamente es estratégico en el control de la población. Durante los últimos meses el desabastecimiento se ha convertido en la preocupación número uno de los venezolanos, superando a la inseguridad. Este problema ha afectado la popularidad del presidente y del chavismo causando una caída sustancial en la evaluación de gestión del gobierno.

En las calles de Caracas justamente frente a un supermercado la gente discute sobre la situación país, mientras hacen fila para comprar la Harina de maíz que produce Empresas Polar.

«Es que Maduro le tiene miedo a Lorenzo porque si se metiera a político mañana ganara las elecciones», dice Cleotilde Ramirez, enfurecida, porque asegura que no le importa decir lo que piensa.

En el primer semestre de este año, la encuestadora venezolana Datanalisis reveló un sondeo de opinión pública que  evalúa la imagen de las Empresas Polar, en donde un 90% de los venezolanos está )en contra de estatizar Polar y un 80% de los encuestados cree que una acción pública contra el manejo privado de  la empresa  empeoraría la situación del país,  ya que hacen un esfuerzo para garantizar la distribución de sus productos, pese a las condiciones actuales de la crisis».

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