La canciller alemana, Angela Merkel, y el candidato del CDU para Renania-Norte Westfalia , Armin Laschet, durante su conferencia de este lunes en Berlín
La canciller alemana, Angela Merkel, y el candidato del CDU para Renania-Norte Westfalia , Armin Laschet, durante su conferencia de este lunes en Berlín - REUTERS

Merkel: «Quizá sea Alemania la que deba aprender de Francia»

Tras la victoria de su partido en las elecciones regionales de Renania-Norte Westfalia, la canciller germana ha asegurado que la clave de su éxito ha estado en huir de los titulares y centrarse «en la educación, las infraestructuras y la seguridad»

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A Merkel le ha sido difícil dar inicio a la rueda de prensa de valoración de los resultados obtenidos ayer por su partido, la CDU, en las elecciones regionales de Renania-Norte Westfalia (RNW). No había forma de poner fin a los aplausos. Cuando finalmente lo ha conseguido, ha tomado la palabra evitando el triunfalismo, elevando la mirada al largo plazo y desde la más absoluta humildad. En su opinión, la clave del magnífico éxito no ha sido otra que huir de los titulares y «centrarnos en la educación, las infraestructuras y la seguridad, que es lo que de verdad le importa a la gente». Merkel se siente respaldada en su política de refugiados gracias a los tres últimos triunfos en elecciones regionales, pero ha dejado que sea el nuevo presidente de RNW el que se anote el tanto.

«Había dos caminos: cerrar las fronteras y traspasar el problema a los vecinos o reforzar las fronteras exteriores de la UE y llegar a acuerdos como el cerrado con Turquía. Sencillamente, tomamos la decisión correcta», ha explicado Armin Laschet. Igualmente modesta, o quizá más centrada en no cometer errores hasta el 24 de septiembre que en lanzar por adelantado propuestas arriesgadas, Merkel ha dado un paso atrás en política europea para dejar el estrellato a Emmanuel Macron. «Quizá sea Alemania la que tenga que aprender de Francia», ha respondido al periodista que le preguntaba qué reformas aconsejará esta tarde al nuevo presidente de Francia.

«Macron ha sido elegido por los franceses, les ha transmitido su optimismo y les ha presentado buenas iniciativas, por lo que mi primer objetivo es escucharle, escuchar sus prioridades y ver en qué podemos trabajar juntos», ha dicho la canciller alemana, «soy la última persona indicada para decirle lo que tiene que hacer, que me diga en qué podemos trabajar juntos, tiene toda mi confianza y me centraré en lo que sí podemos hacer juntos, no en lo que no», ha dicho sobre la cita de esta tarde, sugiriendo que está abierta a acuerdos sobre digitalización y cualificación de trabajadores jóvenes que ayuden a Francia a poner coto al problema del desempleo.

Ese mismo tema es el en el que piensa centrar sus esfuerzos en esta última fase del año electoral. En un país con pleno empleo técnico puede sonar paradójico, pero Merkel sigue pensando a largo plazo y considera que tomará delantera en las generales de septiembre el partido que logre presentar a los ciudadanos «propuestas de empleo para la era de la digitalización, soluciones para los retos que afronta la educación, las ayudas adecuadas para la necesaria innovación y las garantías de justicia en el nuevo mapa laboral que irá cobrando forma».

También ha aludido a esa nueva justicia en el ámbito laboral el candidato socialdemócrata a las generales alemanas, Martin Schulz, que ha hablado de un «camino pedregoso» hasta la votación del 24 de septiembre y ha identificado al Partido Socialdemócrata (SPD) como la formación que puede dar esa orientación social al futuro alemán y europeo. Pero su compungido lenguaje corporal contradecía esa confianza y no ha sido capaz de responder a la pregunta sobre quién sustituirá en la vicepresidencia del SPD a Hannelore Kraft, que inmediatamente después de la estrepitosa derrota en NRW presentó anoche su dimisión. Apenas fue formulada esta pregunta, los miembros de la directiva del SPD que había subido al escenario para respaldar a Schulz en las declaraciones de valoración del resultado electoral comenzaron, no sin cierta comicidad, a cuchichear entre ellos y a lanzarse miradas de preocupación, lo que denota que el SPD debe afrontar ahora un nuevo e inesperado obstáculo.

Aunque para cómica, la comparecencia de los políticos de Alternativa para Alemania (AfdD), Frauke Petry y Marcus Pretzell. Ambos son pareja en la vida íntima y Petry no dudó en hacer públicamente carantoñas de consolación a su chico anoche, cuando resultaba ya evidente que, aunque el partido anti europeo y xenófobo conseguía por la mínima entrar en el parlamento regional, el resultado era mucho inferior a lo esperado. Pretzell considera que ese mal resultado se debe al «nuevo rumbo» que ha tomado AfD, que en su último congreso defenestró a Petry y la sacó de la directiva. Petry, por su parte, cree que la clave de la derrota es que la CDU de Merkel les está robando ideas. «Todavía estoy esperando una carta de agradecimiento de Laschet», dijo con ironía sobre el vencedor, a quien está pensando si demanda por plagio por hacerse con propuestas que le se le ocurrieron a ella antes.

No consta que la CDU vaya a tomar prestadas ideas de AfD en la elaboración de su programa electoral, que comenzará a elaborarse oficialmente a principios de julio. Con la pataleta de la extrema derecha y el descoloque de los socialdemócratas, se diría que Merkel no tiene que hacer nada más que no hacer nada, no cometer ningún error desde hoy hasta el 24 de septiembre, para hacerse con una siguiente legislatura.

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