Un vehículo antiguo pasa junto a un anuncio del viaje del Papa Francisco y una imagen de Jesús, en La Habana
Un vehículo antiguo pasa junto a un anuncio del viaje del Papa Francisco y una imagen de Jesús, en La Habana - reuters

Cuba recibe al Papa con esperanza desde su miseria endémica

Los ciudadanos viven en general con mayores penurias económicas y represión que en el momento del viaje de Benedicto XVI

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Una imagen del Jesús de la divina misericordia, próxima a los retratos labrados en metal de los iconos del castrismo Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, anunciaba desde hacía días en la Plaza de la Revolución la llegada de Francisco; el tercer Pontífice que visita Cuba desde que en 1998 lo hiciera Juan Pablo II. Muchos cubanos recibieron este sábado al Papa argentino en La Habana con esperanza sobre el futuro del país comunista, dispuestos a escudriñar cada uno de sus mensajes, dejar a un lado por unas horas sus carencias socioeconómicas y falta de libertades. Otros cubanos, sin embargo, rebajan sus expectativas porque consideran que, desde el viaje de Benedicto XVI a la isla en marzo de 2012, la mayoría de los ciudadanos ha visto empeorar su situación económica.

Y los activistas de derechos humanos no dejan de alertar sobre la falta de libertades y el aumento de la represión.

Muchos ven al Papa como «facilitador» del deshielo con EE.UU.

Gran parte de los cubanos ve a Francisco como el «facilitador» del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Valora también su cercanía, que sea el primer Pontífice iberoamericano y, por supuesto, que hable español.

«Hay un nuevo Papa, muy distinto, tiene su propio estilo y mensaje, y el pueblo espera que le ayude a salir de esta crisis política y socioeconómica, que ha empeorado desde la visita de Benedicto XVI», subraya Dagoberto Valdés, director de la revista digital cubana Convivencia. A este laico e intelectual católico le gustaría que Francisco «sirva de facilitador de un diálogo nacional entre el Gobierno y el pueblo», como le han pedido en una carta los más de treinta disidentes que forman el Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana. Entre ellos, Guillermo Fariñas y Yoani Sánchez. Por el contrario, la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, cree que «la gente busca en el Papa un milagro, cuando el cambio lo tenemos que lograr nosotros en Cuba».

Desde que comenzó la nueva era de las relaciones entre Washington y La Habana el pasado diciembre, la periodista independiente Miriam Leiva percibe «más esperanza y optimismo» en la isla. Leiva reconoce el mérito de Francisco y piensa que su visita «puede dar fuerza al despertar del pueblo que comenzó con el viaje de Juan Pablo II». La exdiplomática cubana considera, sin embargo, que las medidas económicas adoptadas en los últimos años son «muy limitadas y lentas», acusan «un control estatal excesivo» y «no logran reactivar la producción para que empiece a crecer la economía». Pero valora la entrada en vigor de la ley migratoria, que desde enero de 2013 elimina el permiso de salida del país para la mayoría de los cubanos, y el auge del turismo de los últimos años. En 2015 se han multiplicado las visitas de delegaciones gubernamentales o empresariales extranjeras.

Un habanero afirma con humor que es la segunda vez en 50 años que han pintado su fachada

Cuba ya no está aislada. Roberto Veiga, responsable del «think tank» Cuba Posible, destaca la «mayor inserción» de su país en América Latina, el diálogo que mantiene con la Unión Europea y el proceso de normalización de las relaciones con EE.UU. Veiga, antiguo editor de «Espacio Laical», del Arzobispado de La Habana, cree que «la inserción de Cuba en las relaciones internacionales y el desarrollo económico, político, cultural... del país son parte del mismo proceso, una cosa no ocurrirá si no sucede la otra».

El portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn), Elizardo Sánchez, es más pesimista. Este exprofesor de filosofía marxista sostiene que «la pobreza de las grandes mayorías ha crecido» en los últimos tres años y que el acercamiento a EE.UU. «no ha tenido ningún impacto en la situación económica, política y de los derechos humanos de la población; es solo un hecho geopolítico bilateral». Sánchez precisa que la situación de los derechos civiles y políticos «es igual o peor» respecto al viaje de Benedicto XVI.

La Comisión Cubana tiene registrados al menos 60 presos políticos y lamenta que ninguno figure entre los 3.522 reos indultados con motivo de este viaje papal. Amnistía Internacional no tiene reconocido ahora a ningún prisionero de conciencia en el país. En los últimos años, los disidentes ya no suelen ser castigados a largas condenas de cárcel, el régimen de los Castro es ahora más proclive a los numerosos arrestos de corta duración. La Ccdhrn ha denunciado que solo el pasado agosto hubo al menos 768 detenciones por motivos políticos, frente a las 674 de julio.

Amenazas

Algunos disidentes han recibido amenazas de la Seguridad del Estado en los últimos días para que renuncien a sus actividades durante la estancia del Pontífice y pronostican «detenciones preventivas» de opositores. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos ha podido documentar al menos 399 «detenciones arbitrarias» en septiembre. Berta Soler denuncia que desde el martes «el régimen ya tiene sitiadas las viviendas de algunas activistas y tememos que no nos permitan participar en las misas», como ya ocurrió durante el viaje del Papa alemán. Soler resume que en los últimos años «se ha recrudecido la represión, las leyes no se respetan, han aumentado las violaciones a los derechos humanos, el hambre, la escasez, la intolerancia y la huida de cubanos a través de terceros países». Pero destaca que los cubanos «han perdido un poco el miedo a expresar sus necesidades».

Algunos grupos de la oposición, como el Movimiento Cristiano Liberación, han pedido al Santo Padre que les reciba durante su estancia en la isla. «Lo veríamos como un gesto de su parte que buscaría bendecir a todos los cubanos que trabajan por la justicia, la libertad, la reconciliación y la paz para nuestra nación», apunta el movimiento del desaparecido Oswaldo Payá.

Pese a las dificultades diarias y los preparativos de los últimos días, los cubanos no pierden su sentido del humor. Un vecino de la calle de la Reina (vía de Centro Habana que figura en el itinerario del Papa y que ha vuelto a ser asfaltada) explicaba estos días que era la segunda vez en 50 años que la fachada de su casa recibía una mano de pintura. Más o menos los mismos años que dura el régimen dictatorial de Fidel y Raúl Castro.

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