Justo Navarro mostraba en 2009 en el programa Abrapalabra la única imagen que se conserva de «el Quico» de Aznalcázar
Justo Navarro mostraba en 2009 en el programa Abrapalabra la única imagen que se conserva de «el Quico» de Aznalcázar - Youtube/canal sur
Refranes

Ponerse ¿como qué Quico?

Hay quien achaca el dicho a un vecino de Aznalcázar que se dio un atracón de gambas en 1940, pero la expresión ya se usaba anteriormente

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A Manuel Fernández Doña todos en Aznalcázar le conocían como «el Quico» y aún los cronistas de esta localidad sevillana recuerdan el atracón que se dio en un convite del Ayuntamiento por el día del Corpus en 1940. «Se pegó una hartada de gambas muy grande y se puso malísimo», señalaba José Delgado en 2009 en el programa Abrapalabra de Canal Sur.

Tres días anduvo desaparecido «El Quico» hasta que le encontraron en el agua, bajo un puente, cerca de la choza donde vivía a las afueras del pueblo. Estaba hinchado y con 40 décimas de fiebre, por lo que le trasladaron a Sevilla donde fue hospitalizado. Allí murió a consecuencia de aquella comilona.

Justo Navarro, cronista de Aznalcázar, fue uno de los que le fue a buscar al río y así relataba la historia a la periodista Maru Serrano: «Estaba en un regajo, que se le llama El Pelagato, en un charco de agua, que el hombre con la calentura pues estaba allí encontrando alivio. Se le recogió y se le llevó a Sevilla al hospital».

Navarro, que conserva la única imagen que se tiene de El Quico, apuntaba en el reportaje que era un personaje fundamental en la vida del pueblo. «Se dedicaba a pregonar, a avisar a la gente cuando había cualquier cosa, a recoger los muertos cuando había un accidente». Otros le recuerdan, sin embargo, como un hombre muy borracho, un vividor.

Una hartada de marisco

Justo Navarro Fuentes ofrecía más datos en ABC en una carta que tituló «La gran mariscada del Quico» en 2010. Al convite del Ayuntamiento «fueron los más granados del pueblo, unas 30 personas, más cuatro como peones de las fiestas y el cohetero, alias "el quico"». En el ágape abundaron «las gambas, cigalas, langostas y otros; vino blanco de la tierra, aceitunas gordales cocidas y manzanillas aliñadas y dos jamones que regaló un avispadillo para tener paso libre en el futuro».

La carta relata cómo fueron a buscar a este hombre y lo encontraron inconsciente. Su diagnóstico: «una hartada de marisco», por lo que en el pueblo se quedó el refrán de que cuando alguien sufría una indigestión parecida se le decía que se había «hartado como el Quico».

No cabe duda de que este Quico bien podría haber dado pie a este dicho popular, pero en las hemerotecas se constata que años antes de la comilona del Corpus de Aznalcázar ya se usaba esta expresión de «ponerse como el Quico».

El dicho es anterior

El ABC del 15 de julio de 1933 informa de los sucesos ocurridos en Sevilla el día anterior y habla de una huelga de hambre en la cárcel «donde los comensales dimisionarios volvieron al cargo enseguida, para ponerse como el Quico». El Siglo Futuro del 6 de noviembre de 1935 incluye un cuento para niños sobre el viaje de Zoquétez y Atúnez al emperador Chin-cha-te en el que sus protagonistas «se pusieron como el Quico de comer».

Precisamente a un cuento popular atribuye María Prieto Grande el origen de Quico en su escrito «Hablando en plata: de modismos y metáforas culturales». La filóloga de la Universidad de Oviedo afirma que la explicación real es que Quico fue un «personaje de un cuento popular que comía mucho».

Prieto Grande señala a ABC que en uno de los «Cien cuentos populares españoles», de José A. Sánchez Pérez, se relata la historia de un glotón llamado Quico. ¿Será este comilón el que inspiró el dicho?

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