El presidente de Rusia, el pasado lunes en Stavropol
El presidente de Rusia, el pasado lunes en Stavropol - AFP

La modestia de Putin: yates, palacios y desfalcos

Un reportaje de la BBC enfurece al Kremlin: reúne testimonios que dibujan al presidente ruso como un adicto al dinero enriquecido por la corrupción

Nueva York Actualizado: Guardar
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Las los regímenes totalitarios pintan los retratos de sus líderes a su antojo y Rusia no es una excepción. El de Vladimir Putin es el del presidente noble y viril, aventurero, que doma caballos y pesca pelo en pecho en las aguas gélidas de la Siberia desolada, que tumba a campeones del judo, que emerge de un lago con las manos llenas de tesoros arqueológicos, que arponea una ballena desde una lancha neumática en Kamchatka. El relato oficial también habla de un presidente frugal, que sobrevive con un sueldo de poco más de 100.000 euros al año -por debajo de los mandatarios de otras potencias- y con un patrimonio de clase media. Según su declaración de bienes de abril del año pasado, su fortuna era un apartamento de 77 metros cuadrados, tres coches de fabricación rusa, una plaza de garaje y un terreno.

Pero fuera de la «madre Rusia», la imagen del mandatario eremita se hace añicos. Un informe secreto de la CIA de 2007 estimaba su fortuna en unos 36.000 millones de euros. Putin calificó en 2008 de «basura» las informaciones que le colocaban como el hombre más rico de Europa.

Ahora, una investigación de la BBC emitida esta semana reúne testimonios de exiliados rusos que fijan con más detalle la foto de la fortuna de Putin. Uno de ellos es Sergei Kolesnikov, un empresario cercano a Putin y que ahora se cree escondido en Estonia. Perdió el favor del Kremlin en 2010 cuando acusó de corrupción al presidente. En 2000, Kolesnikov participó en una operación en la que se exigió dinero a las grandes fortunas rusas para financiar gastos sanitarios y que acabó desviado «para la construcción de un palacio de mil millones de dólares para Putin en la costa del mar Negro», dijo a la BBC. La BBC aseguró haber visto documentos de esos desvíos a una empresa en el extranjero que, según Kolesnikov, controlaba el propio Putin.

El yate de 33 millones de euros, regalo de Abramovich
El yate de 33 millones de euros, regalo de Abramovich

Los testimonios de la fortuna de Putin eran variados. Dmitry Skarga, que dirigió la empresa estatal de transportes Sovcomflot, relató cómo Roman Abramovich, el multimillonario ruso que preside el club de fútbol londinense Chelsea FC, le regaló a Putin un yate de 33 millones de euros. Otro empresario exiliado, Max Freidzon, reconoció a la cadena británica que Putin le concedió el monopolio para abastecer de combustible a un aeropuerto a cambio del 4% del negocio.

«Es pura ficción y panfleto», reaccionó ayer el portavoz personal de Putin, Dmitry Peskov, ante el reportaje de la BBC. «Nos hemos acostumbrado a este tipo de bromas periodísticas, que son el producto de la incompetencia, de la fiebre por la prensa amarilla o una campaña orquestada», añadió. La emisión se produjo pocos días después de que una investigación oficial de Reino Unido asegurara que Rusia y Putin «probablemente» aprobaron el asesinato del ex agente del KGB Alexander Litvinenko.

Pero el mayor reproche de Peskov se dirigió a la otra orilla del Atlántico. «Esto sería solo otro ejemplo de periodismo irresponsable si no fuera por las declaraciones de una autoridad del Tesoro de EE.UU.», dijo. En el reportaje de la BBC, el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, David Szubin, confesó que EE.UU. es conocedor de la corrupción de Putin «desde hace muchos años».

«Le hemos visto enriquecer a sus aliados cercanos, y marginalizar a aquellos que no considera amigos a través de los activos del estado», acusó Szubin en la BBC. «Para mí, eso es el retrato de la corrupción». El alto cargo también se refirió a su supuesto sueldo modesto. «Eso no es una representación real de su riqueza, y tiene experiencia en cómo ocultar su verdadera fortuna», añadió, aunque no quiso dar su estimación sobre el patrimonio del presidente ruso ni valorar el informe secreto de la CIA de 2007.

El revuelo por las informaciones de la BBC quiso coincidir ayer con una reunión del Consejo Presidencial para la Lucha contra la Corrupción, presidido por el propio Putin. «No se trata de lograr hoy o mañana algún resultado destacado en este terreno. Seguramente esta es una tarea compleja, incluso difícil de lograr», declaró. Si lo que cuenta la BBC es cierto, él lo sabe mejor que nadie.

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