Hillary Clinton busca votos con la salsa picante

Decenas de miles de neoyorquinos hacían cola este martes en los colegios electorales para votar en las primarias demócratas y republicanas, una de las citas clave para saber quiénes serán los candidatos presidenciales el próximo otoño. A muchos de ellos les habrá saltado en su móvil un vídeo que se había hecho viral desde la tarde del lunes. En él aparece la candidata favorita en el bando demócrata, Hillary Clinton, entrevistada en Power 105.1, una de las radios de hip hop más escuchadas de la ciudad. Comparte los micrófonos con tres jóvenes negros del programa «The Breakfast Club», y probablemente el equipo de Clinton pensó que era una buena idea para conectar con el público joven -en el que arrasa su contrincante, Bernie Sanders- y para reforzar su liderazgo en la minoría afroamericana.

Una entrevistadora le preguntó qué es lo que siempre llevaba encima. «Salsa picante», dijo con sobriedad Clinton. Toda la mesa reaccionó con risas y uno de los locutores comentó si estaba haciendo referencia a la letra de uno de los últimos éxitos de Beyoncé, la canción «Formation», que en una de sus partes dice «salsa picante en mi bolso, swag». Acto seguido, el locutor le advirtió que la gente se iba a tomar su declaración como un intento de seducir con malas artes a los votantes negros (el uso de salsa picante abundante en la comida es una referencia cultural de las minorías negra e hispana). «Bueno», respondió de forma algo incómoda Clinton. «¿Está funcionando?». Era un intento de hacer una broma con la insinuación, pero no dio buen resultado. Y luego pasó a explicar que es una fanática de la salsa picante y que cree que, con moderación, es bueno para reforzar el sistema inmune.

A las pocas horas, Internet se pobló de acusaciones a Clinton de intentar camelar al voto negro con su supuesto amor a la salsa picante y surgieron montajes del vídeo con la cara de sorpresa de los locutores. Clinton no quedaba nada bien tras el intercambio. Parecía un ardid absurdo para ganar votos.

Bueno para su salud

La realidad, sin embargo, es que Hillary es una apasionada de la salsa picante. Su equipo empezó a inundar los medios con documentos que prueban su amor por el jalapeño, el habanero o la sriracha. Su jefe de prensa colgó una foto con un bote de Mary’s Sharp, una salsa picante de Belice muy apreciada por los aficionados al picante y difícil de conseguir. Pronto empezaron a surgir otros testimonios, como una entrevista con el programa ’60 Minutes’, hecha en 2008, en la que confesaba «comer mucho pimiento picante» y haberlo hecho desde 1992 porque «es bueno para mi salud». En 2012, confesó a «Traveler» que en la Casa Blanca guardaba hasta cien botes con sus salsas preferidas.

Las explicaciones no impidieron asestar un golpe de credibilidad, su tendón de Aquiles, a Hillary. Donald Trump, el líder de las primarias en el bando republicano, lo utilizó para lanzar un ataque. «Es lo que siempre hace», dijo este martes en un programa de la Fox. «Lleva salsa picante a todos lados, como yo. Pero yo no soy tan falso, ni tan aprovechado, ni tan espantoso». Por si le faltaba salsa a las primarias de Nueva York, Hillary le ha echado más picante.