La Almazara | CONIL

Los jugos del hambre

¿Que si volveré? Por supuesto: calidad más que aceptable, platos originales, rápidos y en una placita muy coqueta

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Últimamente tengo tres metas en la vida: las plantas, las mantas y conocer todo lugar de comidas que exista o que vaya a existir en Cádiz. Y mis metas suelen ser bastante exhaustivas. Si plantas, mil. Si mantas, doscientas. Y si restaurantes, todos.

Los lugares del comer son cosa seria. No hace muchos años en Cádiz sólo tenías dos opciones: tasca o restaurante de postín. Y no es que me guste comer en demasía. Soy de las que se llena sólo con ver un plato demasiado grande, demasiado lleno o grasiento. Soy feliz con un plato de huevos con patatas fritas y, ya, si me das jamón te seré fiel hasta el final... Del jamón.

Pero el diablo siempre está al quite y hete aquí que los gaditanos han entrado en una frenética carrera en pos de la restauración.

Y me dije «¡mira ya tienes otra excusa para salir de casa!». Que una es muy casera y necesita cosas que la empujen puertas afuera. Tengo unos acuerdos con la contraparte que no están nada mal: al menos un día al mes salir a comer sin niños y, al más, unos días al trimestre a un buen hotel. Lo de los hoteles está fácil, lo de comer ya está (o estaba) más difícil.

Quisieron las obligaciones familiares que pasara por Conil. Las hadas y los hades del correo me dieron un nombre: La Almazara, ahí en pleno centro. Es más un gastrobar con una amplia terraza que mira a la Fuente de los Leones. Unas siete mesas dentro y otro tantas fuera, así que mejor reservar que en el rato que estuvimos las triplicaron todas. Mesas de hierro y mosaico, sillas que te dan un (quizá demasiado fabuloso) masaje en la espalda y buena música.

La carta es larga, tiene de todo un poco y las raciones son generosas.

Las tostas, al menos la de jamón y la de bacalao que fue las que probé, muy buenas. Las papas con mojo no estaban mal, mejor las unas que el otro. Pero es que si pruebas el mojo en Canarias es como si probaras a George Clooney: los demás no te saben a nada...

Llegan las croquetas de chipirones y, ¡ay!, no es que estén malas que no, que saben genial pero no encontré del chipirón ni rastro. Si me dicen que son croquetas de puchero me lo creo y si me juran que son del Mercadona, que no lo eran, pues también. Como me gusta el bacalao, casi más que una llave de Tiffany, pido un revuelto con espárragos trigueros con toda la ilusión, con toda la esperanza. Pues no, ni era bacalao ni era nada. Correoso, seco y soso ¡Soso, un bacalao soso!

El postre de coulant muy bueno, con el chocolate fundido hirviendo aromáticamente. Otra desilusión es que vinos blancos de Cádiz no me tienen, con lo buenos que están y lo que me gustan, que todo hay que decirlo. En resumen un lugar muy agradable, céntrico, con profusión de tapas, platos y raciones pero algo irregular.

¿Que si volveré? Por supuesto. Tiene una calidad más que aceptable. Tiene platos originales, son moderadamente rápidos, está en una placita muy coqueta, tranquila, y es barato. Cuatro personas, agua, pan, refrescos, cervezas y vino, cafés y postre, unos 50 euros ¿No está mal, verdad?

Eso sí mis nuevas aficiones pasan factura, que si las plantas un pastón, que si las mantas una contractura y el comer, dietas.

www.almazaraconil.com

Calle Laguna, 5

(frente a Fuente de los Leones)

Conil de la Frontera (Cádiz)

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