Foto de archivo de una vía nacional
Foto de archivo de una vía nacional - DAVID ARRANZ

La nueva variante absorberá cada día la mitad de los 150.000 coches de la A-1

Avanzan los trámites para construir un nuevo vial desde el kilómetro 26 a Madrid. Desde el RACE hasta El Molar, la autovía crecerá un tercer carril

Madrid Actualizado: Guardar
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La A-1 es, probablemente, el peor de los accesos a Madrid: el único que no cuenta con una alternativa (como las radiales de epaje), que tiene un estrechamiento (a la altura del RACE) y un atasco casi permanente a la altura de Alcobendas. Para solucionar estas limitaciones, el Ministerio de Fomento ha incluido en el presupuesto de este año fondos para algunas actuaciones, que ya van dando pasos hacia su realización, aunque aún tardarán años en materializarse: un tramo importante y de los más conflictivos se ampliará en un tercer carril por sentido, mientras que se acaba de sacar a información pública el estudio de la variante que «drenará» hasta 70.000 vehículos al día –casi la mitad de los que la saturan cada jornada– en la entrada a la capital.

El secretario general de Infraestructuras, Manuel Niño, y el consejero de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Pedro Rollán, visitaron ayer el punto en el que arrancará la variante de la A-1, un trazado totalmente nuevo de 9,2 kilómetros que irá desde el enlace con la Urbanización Club de Campo (kilómetro 26) y el enlace con la M-12.

Este proyecto forma parte de los trabajos previstos para «desatascar» la A-1, la carretera de Burgos, que van desde El Molar hasta la entrada a la capital. El presupuesto total de licitación es de 289 millones de euros, de los que 9,2 kilómetros son de nuevo trazado y 14 kilómetros son ampliación del actual. Un proyecto aprobado provisionalmente el 20 de abril y que sigue los largos pasos de la tramitación administrativa.

De momento, el estudio informativo sale a información pública y después habrá que agotar el periodo de alegaciones, incluir las que correspondan, hacer la declaración de impacto ambiental y luego redactar los proyectos de construcción, para iniciar unos trabajos que durarán, según los distintos tramos, entre dos y tres años, calculó Niño.

Oeste o este

Fomento dudó en un principio si acometer las obras necesarias para aumentar la capacidad de este acceso por el corredor oeste o por el este. Tras realizar los estudios pertinentes, el primero quedó descartado por los problemas medioambientales que se generarían, al encontrarse afectada la Cuenca del Manzanares y el Monte de El Pardo, lo que obligaba a una solución en túnel que encarecía de manera inasumible el proyecto.

Se eligió, pues, el corredor este, en el que de las cinco alternativas que se manejaron, se ha seleccionado una solución mixta, en parte de nuevas infraestructuras y en parte de aprovechamiento de las existentes.

Concretamente, habrá una nueva vía que arrancará a la altura del enlace con la urbanización Club de Campo y continuará hasta el enlace con la M-12 y la radial R-2, a la espalda de la urbanización La Moraleja, incluyendo también la conexión con la M-100. Este nuevo trazado también ofrece un enlace alternativo con la M-40, a través del eje Aeropuerto, lo que hará posible descongestionar la actual conexión con el cuarto cinturón a la altura del punto kilométrico 13, uno de los puntos más conflictivos en la actualidad.

A partir de ahí, sobre la actual A-1 se ampliaría su capacidad, con un tercer carril por sentido y realizando unas vías de servicios con dos carriles por cada sentido, en cada una de sus márgenes.

Tres fases

Según los responsables de Fomento, de este modo se despejaría la situación de la carretera de Burgos, ahora habitualmente congestionada y con tramos en que la circulación ronda los 150.000 vehículos al día –como en el entorno de Alcobendas–.

Desde el Ministerio se ha decidido dividir la actuación en tres fases, y la primera que se acometerá será la ampliación en un tercer carril entre el RACE y San Agustín de Guadalix. La segunda será la variante ya citada, y la tercera, completar la ampliación de la A-1 desde San Agustín de Guadalix hasta la variante de El Molar (km. 42).

El consejero Rollán agradeció a Fomento su «compromiso inequívoco para resolver un problema histórico de los accesos a Madrid». El secretario general de Infraestructuras coincidió en la importancia de «resolver los atascos» en esta «zona residencial, industrial y comercial».

Cercanías

La noticia de este avance en la tramitación de la solución para la A-1 –que, en lo relativo a la variante de nueva construcción supondrá acometer expropiaciones– fue bien valorada por varios alcaldes de la zona: Ignacio García de Vinuesa (PP), de Alcobendas, cree que «no sólo se reducen las incomodidades del atasco, sino que se aumentan las oportunidades y el valor estratégico de nuestras ciudades», que tendrán, una vez se solucione el tema de sus accesos, «más oportunidades para las empresas y más puestos de trabajo».

La alcaldesa de El Molar, Yolanda Sanz (Ciudadanos), reconoció que era una «gran noticia», pero reivindicó «una solución global» que «consolidara la alternativa del tren de Cercanías». Por su parte, el regidor de San Agustín de Guadalix, Juan F. Figueroa (PP), recuerda la «larga guerra» por acabar con los atascos históricos en la zona del RACE.

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