Cines Roxy B, en la calle Fuencarral, 123
Cines Roxy B, en la calle Fuencarral, 123 - JOSÉ RAMÓN LADRA

ESTRENO DE STAR WARSLos cines madrileños que no sobrevivieron a Darth Vader

Las dos salas que estrenaron La Guerra de las Galaxias en 1977 ya no existen; el Roxy B será un súper y el Real Cinema busca nuevo uso

Madrid Actualizado: Guardar
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España se asomaba a la democracia, los lunes no había periódico y Juan de Arespacochaga y de Felipe era el alcalde de Madrid, que entonces contaba con medio millar de salas de cine. El contexto, que nos traslada 38 años atrás, enmarcaba el estreno de la primera entrega de «Star Wars», presentada en la capital como «La Guerra de Galaxias» y proyectada únicamente en los cines Roxy B y Real Cinema. Hoy, cuando se emite por primera vez la séptima parte de la saga, «El Despertar de la Fuerza», ambas permanecen cerradas y semiabandonadas.

En la fecha, noviembre de 1977, tanto la publicidad de la película como la crónica de ABC hablaban de «la mejor película del año».

La imaginación y la técnica, apuntaba la crítica, configuraban un espectáculo inédito. El éxito en las taquillas de todo el mundo presagiaba algo similar en Madrid, aunque muy diferente a lo que el universo «Star Wars» ha provocado en los últimos años. No obstante, la cartelera de los cines Roxy y Real Cinema, ubicados en la calle Fuencarral y la plaza de Isabel II, respectivamente, avisaba de la venta anticipada para las tres sesiones diarias que se habían previsto: a las 4.15; las 7 y las 10.15 horas. La espera para ver el filme llegó hasta un mes.

La apariencia actual de las dos salas, cerradas con una verja y, en uno de los casos, todavía con las películas de hace años, sintetiza el adiós de este tipo de cines, absorbidos por las multisalas hasta reducirse a menos de treinta. De acoger el estreno del año a convertirse en un elemento inadvertido. Más allá de Harrison Ford y la historia, inalterable al tiempo, apenas sobrevive nada; si acaso la expectación, pero poco más. Hasta el formato de la hora con la que se anunciaban los pases ha cambiado.

Publicidad de la película, en ABC
Publicidad de la película, en ABC

La cobertura sobre aquella guerra de las galaxias, igualmente, también dista mucho de la actual, tanto que en la hemeroteca de ABC no existe crónica del día del estreno porque fue un lunes y, efectivamente, ese día solo se publicaba la Hoja del Lunes.

El Real Cinema y el Roxy B fueron los únicos cines de Madrid que proyectaron la película. Entonces, la capital contaba con unas 500 salas. Han Solo, Darth Vader o Chewbacca compartieron cartel con otras producciones, menos mediáticas, como «Tres Mujeres», «La Herencia Ferramonti», «Excelentísimos Cadáveres» o «20.000 Leguas de un viaje submarino», entre otras. La ciudad estaba plagada de este tipo de locales. De hecho, el cine Paz, contiguo al Roxy y todavía en pie, ya estaba operativo aunque con otra consideración.

Ambas salas aguantaron hasta que la situación fue insostenible. El Real Cinema, incluso, trató de reciclarse convirtiéndose en teatro, pero tampoco fue suficiente. Desde hace años permanece cerrado en busca de una nueva utilidad. El Cinema, construido en 1920 por el arquitecto Teodoro Anasagasti, contaba en origen con otra fachada y disposición. Se trataba de un sugerente edificio con una torre angular en uno de sus extremos. Sin embargo, entre 1964 y 1965 fue demolido y reconstruido con su apariencia actual, que apenas ha variado hasta hoy.

Lejos de la pantalla

En el caso del Roxy B, su futuro está lejos de cualquier espectáculo. Cerrado en abril de 2013, será reconvertido en un supermercado. El inmueble, que consta de dos salas, la Roxy A y la Roxy B, vivió su última reforma en 1996, cuando las pantallas cinematográficas pasaron de uno a otro espacio. Se conoce su nueva utilidad desde el pleno municipal del pasado 28 de octubre, cuando Ahora Madrid y el PP votaron a favor de cambiar el uso del local, que pasó de recreativo a comercial. Aunque las obras aún no han comenzado, la previsión después de aquella sesión era que la superficie se inaugurara a lo largo de 2016.

En la actualidad, apagado tras un candado, la apariencia del Roxy esconde un punto nostálgico. Todavía permanecen las carteleras de sus últimas películas: «Tesis sobre un homicidio», «Amor y Letras» y «Anna Karenina». El color en el rostro de Ricardo Darín, protagonista de una de ellas, se desvanece al tiempo que la reja se llena de pintadas. El Roxy B y el Real Cinema evocan un tiempo que nunca volverá. Hace veinte años la calle Fuencarral era uno de los núcleos de la galaxia del celuloide en Madrid. Contaba con cerca de una decena de salas, de las cuales solo se conservan dos, advertidas de que su futuro sea un supermercado.

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