Comercio de moda Núa, en Santiago de Compostela
Comercio de moda Núa, en Santiago de Compostela - MIGUEL MUÑIZ

El comercio gallego, imparable en la red

La venta online es ya una realidad para una de cada cuatro pymes gallegas, que ven en este modelo una vía de expansión

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El carrito de la compra en formato web ya no es extraño para el comerciante gallego, que está inmerso en el objetivo de ampliar su mercado a toda España. Aunque en la mayoría de casos el éxito comienza en una tienda a pie de calle, ya continúa en forma de paquetes dirigidos hasta la última aldea de Galicia y termina reptando por el Macizo Galaico a toda la geografía española. Una de cada cuatro pymes gallegas vende por Internet, según datos de Ebay, con el objetivo de coger una ola que se convierte en tsunami. Es el caso de Olalla Alvite o de Elisa Rivas, de las tiendas de ropa Núa y la de maquillaje Cóquili, las dos con establecimiento físico en Santiago, pero que poco a poco se incorporaron al mundo online.

Alvite comenzó la experiencia en la red hace cuatro años y medio, «con una inversión considerable». Por su parte, Rivas solo lleva «aproximadamente un año» metiendo en el buzón paquetes para clientes de lugares diversos, pero en este caso, principalmente dentro de Galicia. Y, además, con un método diferente: la venta es por mensajes privados de Instagram o Facebook y, finalmente, a través del correo electrónico.

Lo que consiguen, explican, es alcanzar un público nuevo que necesita un producto diferenciado. Es algo en lo que también está de acuerdo Fernando Cividanes, vendedor desde hace 13 años de marisco online a través de Mariskito, que carece de tienda física. «Es un producto que no está accesible en muchos sitios», recuerda Cividanes, que sirve el alimento fresco, principalmente al resto de la península. «Las ventas en Galicia son anecdóticas», destaca. La tienda de ropa Núa también vende en mayor cantidad fuera de la comunidad, aunque así también consiguen llegar a aquellos lugares de Galicia lejanos a su tienda.

Porque la evolución es clara; no solo aumenta la venta online, sino también la confianza de los usuarios en este método. Incluso, pierden al miedo a comprar por redes sociales. Así lo atestigua Rivas, que, aunque termina sus ventas por email, hace el primer contacto por mensajes privados gracias a opciones como «el «escaparate que permite hacer Facebook».

De esta forma, al público joven se une un público adulto que ya no teme meter su tarjeta bancaria en un formulario web y que se sube a esa tendencia imparable que es la compra online. Ésta se ve impulsada por blogs, modelos (los conocidos como «influencer») y los propios catálogos. «Haces atractivo algo, que entra por los ojos y provoca necesidad», cuenta Alvite.

Todos los sectores

Y aunque la venta online se relacione casi exclusivamente con el mundo de la moda y la belleza (en esta época del año de bodas, bautizos y comuniones se recurre cada vez más a las prendas vía Internet), otros sectores buscan hacerse un hueco. Desde la artesanía, pasando por productos de electrónica a la comida que ofrece Mariskito. «La alimentación supone un 1% del mercado electrónico», destaca Cividanes, y aunque la crisis económica tampoco ha ayudado a crecer, las ventas vuelven a coger ritmo con el crecimiento del entorno online y el de la economía.

En definitiva, el futuro apunta directo a los paquetes que traen los mensajeros a casa. Aunque en Galicia el crecimiento se situó un 20% por debajo de la media española, ese futuro prometedor (el 62% de los comerciantes gallegos confía en incrementar estas ventas) indica que las pymes gallegas seguirán apostando por este canal. Todo para no perder un tren, el de los centros comerciales en red, que camina sin paradas intermedias.

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