Según Pilar García, del IESE, la internacionalización tradicionalmente la han protagonizado las grandes empresas
Según Pilar García, del IESE, la internacionalización tradicionalmente la han protagonizado las grandes empresas - EFE

La tecnología y la especialización amplían los horizontes de las pymes españolas

El reducido tamaño de nuestro parque empresarial es todavía un gran obstáculo en los procesos de internacionalización

Madrid Actualizado: Guardar
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La entrada de España en la Unión Europea aceleró la internacionalización de nuestra economía, especialmente a partir de los años 90. Sin embargo, como señala un estudio elaborado por IESE Business School en colaboración con la consultora Eres Relocation Sevices, fue «un proceso protagonizado por las grandes empresas». El estudio que todavía considera «escasa» la presencia internacional de las pymes españolas, y que apunta a factores como la estructura del tejido productivo español, el acceso a la financiación, la inversión en I+D e innovación, la formación de equipos directivos adecuados, la búsqueda de exportaciones de alto valor añadido o «un cierto cambio» en la actitud de las pymes como las principales palancas para avanzar.

Sin embargo, factores como la tecnología y los nichos de especialización están abriendo nuevas ventanas de oportunidad.

Es el momento de superar fronteras. En opinión de la investigadora y autora de este estudio, Pilar García Lombardía, «las pymes deben dar un paso adelante», aunque reconoce que el tamaño de este tipo de empresas - desde 0 a 250 trabajadores- puede «limitar en parte su internacionalización». Al respecto el estudio apunta que el 99,9% de las empresas españolas tienen hasta 249 empleados. De las que hasta un 94,6% son microempresas- de cero a diez empleados- representando el 40,5% del empleo en España. Cifra sólo superada por Italia y Portugal, y que contrasta con la media europea (92,4%). Otro dato relevante es que sólo el 0,7% de las empresas españolas tienen más de 50 empleados frente al 3,1% de Alemania o el 1,9% de Reino Unido.

Por su parte, Lombardía señala que «a partir de las 50 trabajadores hay un salto por el que muchas empresas se quedan en 45: hay una serie de procedimientos más complejos en cuanto a empleo o temas fiscales». Sin embarog, a juicio de Xavier Mendoza, profesor del Departamento de Dirección General y Estategia de ESADE, «la cuestión del tamaño es un punto de partida que ha ido perdiendo peso».

Para este experto, internet y la existencia de «proveedores logísticos internacionalizados», de Amazon o Ebay, « está permitiendo que empresas muy especializadas, con un nicho de mercado muy pequeño, puedan desplegarse en el exterior». Mendoza cree que, en el inicio de la internacionalización, es más importante tener un «producto competitivo y comprender bien lo que necesita el cliente». Por su parte, el director de Internacionalización de la Cámara de Comercio de España Alfredo Bonet, admite que «normalmente son más competitivas las firmas medianas y grandes», aunque comparte con Mendoza en que la tecnología está abriendo los mercados internacionales a empresas pequeñas.

Para Bonet es más relevante la «falta de información» entre las pymes sobre esta materia como una importante barrera. «Si buscas cierta estabilidad en el crecimiento, no puedes dar la espalda a los mercados internacionales», advierte este experto quien también menciona el apoyo de las Cámaras de Comercio a las pymes. Bonet recuerda que elaboran un Plan Cameral de Internacionalización anual, que prestan «asesoramienta directo» a pymes, y participan en la organización de hasta 50 encuentros empresariales al año, junto a CEOE e ICEX.

Al respecto, el responsable de internacionalización de la Cámara de Comercio de España concluye que irónicamente « la recesión ayudó a la internacionalización», y como muestra, recuerda que durante el año pasado exportaron 148.794 empresas frente a las poco más de 147.300 del 2015. De ellas, 49.792 eran exportadoras regulares (cuatro año consecutivos exportando). En este punto Mendoza (Esade) estima que entre 2008 y 2016, en plena recesión, las exportadoras regulares se incrementaron en unas 10.000. Concretamente, de 39.641 de hace nueve años a las 49.792.

Lombardía (IESE) también llama la atención sobre otros factores como la colaboración entre startups y pymes en innovación, la vida de nuestras empresas - «seguimos teniendo un índice negativo»- o la Formación Profesional, de la que pide que se acabe con su mala imagen. Tanto Lombardía como Mendoza apuntan al «debate sobre la estructura de sectores en España». Para la investigadora de IESE, las alternativas pasarían por «dar un giro, como el sector turístico para captar nuevos mercados, o jugar la baza de hacernos industriales». Como ejemplo de un modelo exportable, el de las «Mitelstand» alemanas. Un tipo de empresas familiares de entre 150 y 200 trabajadores, «que se concentran en un sector muy pequeño» y tienen una cultura muy específica con un equipo directivo muy formado, que les permite ser «mini-multinacionales».

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