Alberto Varela - Crónicas Atlánticas

La buena educación

Resulta liberador derribar la rigidez mental y asumir que existen diferentes caminos al bien común

Alberto Varela
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Me surge la duda de si las buenas formas de la oposición obedecen a su educación y respeto al adversario o si el aplastante resultado de Feijóo en las autonómicas les ha hecho replantearse su modelo de comportamiento.

Sea como sea la verdad es que ya iba siendo hora de que llegase a la política gallega la tolerancia. Resulta trasnochado creer que los adversarios quieren el mal, que están al servicio de oscuros intereses o que sólo los mueve la sed de poder. De todo hay, no lo vamos a negar, pero resulta liberador derribar la rigidez mental y asumir que existen diferentes caminos para llegar al bien común. Unos prefieren la izquierda y otros la derecha, pero en una democracia no basta con dejar vivir al rival, hay que comprender que el otro puede tener razón en algunos puntos y que también él quiere lo mejor para el pueblo...

aunque esté equivocado, claro.

¿Se han vuelto de repente tolerantes En Marea, PSdeG y BNG? Lo de Ana Pontón ha sido una transformación personal asombrosa. Sonríe mucho más y se muestra dialogante con los que piensan distinto, y eso siempre se agradece. Xoaquín Fernández Leiceaga también es un tipo afable y además lleva tantos palos en casa que parece querer hacer amigos fuera, que siempre alivia un poco la tensión. El caso de Luís Villares es el más complejo de los tres porque su profesión de juez desaconseja ejercer de mamporrero, aunque sea sólo por la vergüenza de tener que volver a ponerse la toga y que cualquier reo le recuerde alguna salida de tono de su etapa política.

Deben estar alineados los astros para que coincidan tres portavoces de la oposición- por decisión o por obligación- bastante sensatos, aunque las partes más ultras de sus respectivas formaciones les pidan más leña, más insultos al PP.

Se equivocan los que quieren jaleo y descalificaciones en el parlamento porque se puede hacer oposición firme con respecto al contrincante. ¿Ha llegado la tolerancia a la política gallega? Por ahora lo vamos a dejar en un ya veremos, que la política es muy cambiante.

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