Municipio zamorano de Villageriz
Municipio zamorano de Villageriz - M. ÁLVAREZ
Despoblación

Tres de cada diez municipios de Castilla y León ya tienen menos de cien habitantes

El número de ayuntamientos «pequeños» no deja de crecer

Valladolid Actualizado: Guardar
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Reconocido como uno de los principales problemas de Castilla y León, la demografía sólo da disgustos a la Comunidad en los últimos tiempos. Después de que la pasada semana se conociera que el número de habitantes de la Comunidad se había situado a 30 de junio en su nivel más bajo desde al menos 1971 y de que el crecimiento vegetativo en ese mismo periodo dejara otra vez un paupérrimo saldo entre nacimientos y defunciones, los datos definitivos por municipios del año 2015 dibujan un panorama desolador.

Junto a la contundente realidad de que la población sólo aumentó en uno de cada seis municipios de la Comunidad -378 de 2.248- durante el pasado año, hay un dato que muestra, además, la lenta pero continuada sangría de los pequeños pueblos de la Comunidad en un proceso de desertificación que no cesa y que ya se traduce en que 666 ayuntamientos cuentan con menos de 101 habitantes cuando antes del inicio del siglo los municipios de menor tamaño apenas sumaban 410.

En esta línea, el número de localidades por debajo del centenar de vecinos no ha dejado de crecer en los últimos seis años hasta alcanzar su tope histórico a 1 de enero de 2016, después de que durante todo el año 2015 otros 16 municipios bajaran de esta barrera, fruto principalmente en estos casos del fallecimiento de alguno de sus vecinos y la ausencia de nacimientos. El aumento en el número de municipios pequeños se produjo además en ocho de las nueve provincias, con la única excepción de Burgos, que es en todo caso la que más ayuntamientos tiene de ese tamaño -157- al ser también el territorio con más pueblos de la Comunidad. Destacan, además, las subidas en Ávila, donde en tan solo doce meses pasan de 84 a 88 municipios con dos dígitos, mientras que en Segovia, Valladolid y Zamora cuentan con tres más que un año antes.

Entre las localidades que han visto cómo su población bajaba del centenar figuran los abulenses de Becedillas y Espinosa de los Caballeros, además de los palentinos Cordovilla la Real y Páramo de Boedo y el segoviano de Don Hierro.

En todo caso, los efectos de la despoblación se han generalizado por toda la geografía autonómica y no únicamente entre los municipios históricamente más deshabitados. Sólo en los últimos dos años, Castilla y León ha perdido casi 50.000 ciudadanos -más de 100.000 si la referencia es el techo alcanzado a comienzos de 2009, con 2.563.521 castellano y leoneses contabilizados- y el problema no parece que se vaya a atajar en breve después de que en este primer semestre la Comunidad haya vuelto a liderar el descenso población en España con una pérdida de otros 9.192 vecinos. Esta enésima caída llega como consecuencia de un nuevo descenso de los nacimientos y un incremento sustancial del saldo migratorio interno -ciudadanos que dejan la región para instalarse en otras autonomías-. La menor mortalidad, tras años continuados de subida, y la recuperación de los emigrantes -apenas 139 más son los que entran frente a los que salen- no compensan ni de lejos el resto de factores demográficos que siguen condenando a Castilla y León a una despoblación cada vez más evidente que sólo se podría revertir precisamente con la llegada de más extranjeros y el incremento de nacimientos.

Ni provincias ni capitales

Como muestra de esa trayectoria descendente en Castilla y León se encuentra el hecho de que todas las provincias llevan al menos cinco años de caída constante y acelerada en el número de habitantes. En este línea, el dato más preocupante lo ofrece el territorio zamorano, donde los descensos de población se prolongan desde finales del pasado siglo ininterrumpidamente, aunque en números absolutos es León la que más pierde en los últimos años. Así, la provincia leonesa ha visto cómo sólo en el último lustro reducía su padrón en cerca de 25.000 personas, mientras que Valladolid, la más poblada, ha perdido casi 11.000 en ese mismo periodo. Una situación similar se da en las nueve capitales. Salvo en Soria, donde pueden consolarse con un mínimo repunte de tres habitantes durante 2015, aunque se mantenga como la más «pequeña». Todas las demás arrastran años de contracción, fruto en este caso tanto de la despoblación generalizada de la Comunidad como del reclamo que suponen sus alfoces, pese a que tampoco «tiran» tanto como en ejercicios pasados.

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