Hacia la nada

«No tenemos ninguna razón de peso, pero sí diez millones de motivos para coaligarnos con Podemos». Pasado un año de esta afirmación, Garzón reconoce el fiasco de la operación: apenas han reducido la deuda y la invisibilidad de IU se agiganta. La asfixia económica y el ninguneo de Iglesias conducen a la coalición liderada por el PCE hacia a la nada. Cierto que Garzón heredó una deuda inasumible, pero su gestión petulante inexperta y a la contra de los veteranos no ayuda. Los críticos le amargarán.

Castilla y León tiene en Sarrión, Saravia y Guarido tres estiletes. Conocen sus competencias y trabajan bien. En Cortes, Sarrión, buen parlamentario, conoce la región, los entresijos del gobierno y es más propositivo desde la oposición que el débil Tudanca y su grupo.

Saravia, de más a menos, es uno de los mejores concejales de urbanismo de Valladolid. Puente lo sabe y no le deja presentar iniciativa alguna sin él a su lado; así las cosas, a lo peor a Saravia no le queda otra que integrarse en las futuras listas socialistas. Guarido con su trabajo riguroso (ha reducido a cero la deuda popular heredada) es respetado por los zamoranos por la cercanía y transparencia, pese a que el gobierno de Madrid y de la región ignoran Zamora. La pregunta: ¿por qué tres figuras respetables tienen y tendrán poco apoyo en las urnas? Son víctimas de la asfixia general de IU; los equipos carecen de formación y padecen de ineficaz voluntarismo; y tres, a los votantes no les cuadra la honestidad y el buen hacer individual en la gestión con el discurso rancio en enunciados y formas de las campañas. El trabajo emana del conocimiento, las palabras se cimientan en una ideología cerrada, obsoleta e idealista. En la proximidad discursiva Podemos les ha ganado.