Rufino González y Flores Alba, en una foto de archivo a su llegada a la Audiencia de Toledo
Rufino González y Flores Alba, en una foto de archivo a su llegada a la Audiencia de Toledo - Efe

Penas de 24 y 18 años de cárcel para los dos acusados de asesinar al cazador de Belvís

Ambos acusados también deberán indemnizar con 120.000 euros a la viuda del cazador y con 60.000 euros más a cada uno de los dos hijos del fallecido

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La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a 24 años y ocho meses y a 18 años de prisión, respectivamente, a Rufino González, «Conejo», y Flores Alba, los dos acusados de asesinar en 2013 a Antonio Fernández, el cazador de Belvís de la Jara (Toledo).

La sentencia de la Audiencia Provincial, contra la que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en un plazo máximo de diez días, detalla que a Rufino González, a quien se le considera autor material del disparo, se le impone una pena de 19 años de prisión por un delito de asesinato, 4 años más por un delito robo con violencia y 1 año y ocho meses más por tenencia ilícita de armas.

A Flores Alba, la Audiencia Provincial le condena a 15 años de cárcel por el delito de asesinato, 2 años de cárcel por robo con violencia y 1 año más por un delito de tenencia ilícita de armas.

Ambos acusados también deberán indemnizar conjunta y solidariamente con 120.000 euros a la viuda del cazador y con 60.000 euros más a cada uno de los dos hijos del fallecido.

La sentencia considera probado que los dos acusados y el fallecido quedaron para cazar el 30 de septiembre de 2013 y que, tras encontrarse en el punto acordado y caminar un tramo a pie, Rufino González «empuñó y apretó el gatillo de la pistola», sin que la víctima tuviera posibilidad de advertir la inminencia del ataque, dado que estaba de espaldas a su agresor.

También apunta que la muerte de Antonio Fernández fue ideada por Rufino González, con el propósito de apoderarse del rifle, visores y restantes objetos que portaba, mientras que Flores Alba «prestó su anuencia» y que era «consciente de lo que iba a ocurrir esa tarde».

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