La trama Púnica regaló a Tomás Gómez una cesta de Navidad, una televisión, unos gemelos y una pasmina

La trama de corrupción Púnica regaló una cesta de Navidad, una televisión, unos gemelos y una pasmina al político socialista Tomás Gómez, cuando era alcalde de Parla, un cargo que ocupó entre 1999 y 2008. Estas dádivas, que la red corrupta dirigida por Francisco Granados y David Marjaliza otorgaba para ganarse el favor de numerosos políticos y funcionarios de la Comunidad de Madrid, constan en diversos informes de la Guardia Civil que figuran en el sumario de la investigación, a los que ha accedido ABC.

En las Navidades del año 2003, el empresario Marjaliza, el número dos de la trama, regaló una televisión plasma, un regalo que también recibieron Francisco Granados y José Miguel Moreno Torres. El constructor le hizo llegar la televisión a través de otro hombre, Carlos Javier Pardo, con la intención de ocultar el «rastro» de la dádiva pagada al político, según consta en el informe policial.

Estos regalos fueron una práctica frecuente durante las Navidades de entre 2003 y 2007 a diferentes personas que ocupaban cargos públicos en diversas administraciones, como el ayuntamiento de Valdemoro, el de Parla, la Comunidad de Madrid o la alcaldía de Boadilla del Monte. Arturo González Panero, «el Albondiguilla», o Guillermo Ortega son algunos de los otros políticos agasajados por la trama de corrupción.

A Tomás Gómez, sin embargo, le llegaron regalos con la misma intención desde otros miembros de la red corrupta. El empresario Ramiro Cid Sicluna, un promotor de Valdemoro que formó la primera empresa de la Púnica junto a Marjaliza por sugerencia de Francisco Granados cuando era alcalde de Valdemoro, le entregó unos gemelos y una pasmina. Este empresario hizo sus regalos entre 2005 y 2008.

La pasmina y los gemelos le llegaron en 2006, según el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, quien asegura que estos sobornos obedecerían «a la intención de predisponer favorablemente frente a las empresas de Ramiro Cid a aquellos funcionarios cuya intervención pudiera repercutir sobre los intereses empresariales de esta persona».