Tan ridículo como Mancha

Pablo Iglesias ha querido presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy para parecerse a aquel Felipe González que usó esa maniobra para dar la puntilla a Adolfo Suárez. Pero tal como se le presentan las cosas, es probable que el líder de Podemos acabe como Antonio Hernádez Mancha, el presidente de Alianza Popular que se pegó un tiro en el pié y labró su retirada de la política con una censura que le salió fatal.

En las dos ocasiones en que se ha presentado esa moción contra el presidente de Gobierno, el partido que la propuso perdió la votación: el PSOE lo hizo por 24 votos de diferencia frente a UCD. AP hizo el ridículo: solo logró el apoyo de los 67 diputados de su partido y los de Unión Valenciana.

Iglesias apenas cuenta con una cifra mayor, la de los 67 votos de Podemos y los 9 de ERC. Aunque lo que importa cuando un grupo parlamentario inicia una moción de censura no es si al final gana la votación, sino si gana o pierde el debate.

Felipe González, que actuó contra un Adolfo Suárez que estaba siendo cuestionado dentro de su partido, venció en el debate porque supo utilizarlo como está concebido, para que el aspirante presente su programa de Gobierno. La victoria del presidente fue pírrica. Dimitió ocho meses más tarde. Hernández Mancha, sin embargo, usó la moción de confianza para darse a conocer a la opinión pública en marzo de 1987 cuando acababa de llegar a Madrid y aún estaba verde en temas de política nacional.

El PSOE jugó con él. Alfonso Guerra se ocupó de que solo transcurrieran cinco días, el mínimo que marca la Constitución, desde que se presentó la moción hasta que se celebró. Mancha no tuvo tiempo de preparse, aunque contaba con colaboradores como Alberto Ruiz Gallardón, Miguel Arias, Abel Matutes, Arturo García Tizón y Mariano Rajoy. Guerra le dio la réplica y luego los ministros socialistas fueron interviniendo para examinar las propuestas del candidato, al que terminaron dejando KO. Tanto, que en la propia AP se iniciaron a partir de ese día las maniobras para destituirle.

Iglesias ha cometido su mismo error, presentar la moción para criticar al presidente. Quizás desconoce que ese mecanismo está planteado para que el aspirante a sustituirle de a conocer sus políticas. Muy bien deberá explicarlas para que al final, además de perder la votación, gane el debate.