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Mariano Rajoy y Albert Rivera en su reunión del pasado 11 de febrero - Ernesto Agudo

Rajoy prepara concesiones para ser en agosto investido

Rivera puede abandonar su posición contraria a Rajoy si éste se abre a una negociación de reformas ambiciosas

Madrid Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy ha encargado a su equipo en La Moncloa que elabore un documento con una oferta programática de investidura, que incluya concesiones para lograr una mayoría suficiente en el Congreso. El documento, según fuentes de Moncloa consultadas por ABC, ha empezado a prepararse este pasado fin de semana, y está previsto que Rajoy lo utilice en una segunda ronda de contactos, pero no en la primera que acabará este miércoles, y que le servirá para comprobar la voluntad de diálogo de cada partido.

Ese documento será una mezcla del programa de investidura del PP, con concesiones a los partidos, es decir a los potenciales socios que pueda lograr Rajoy, no solo para la formación del Gobierno, sino a lo largo de la legislatura para aprobar leyes tan importantes como la de Presupuestos.

Rajoy está dispuesto a «sacrificar parte de su programa», y solo será totalmente inflexible en asuntos como la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de los españoles y la lucha contra el terrorismo. «Habrá concesiones al programa del PSOE», pero también a otros partidos que quieran negociar, como Ciudadanos.

Entre las concesiones, Moncloa estudia incluir modificaciones en la reforma laboral,«ahora hay una situación económica más favorable y puede hacerse», pero también cambios en Educación, dirigidos a un Pacto de Estado, y la creación de una ponencia en el Congreso para estudiar una reforma de la Constitución. Lo que no prevén es la derogación sin más de grandes reformas, como ha exigido el PSOE, pero sí cambios concretos.

En los planes de Rajoy y su gabinete está cerrar esta primera ronda de contactos esta semana y restañar heridas con Ciudadanos y con el PSOE, con quienes el presidente del PP pretende seguir negociando a partir de la semana que viene. Moncloa no descarta que la sesión de investidura se celebre a primeros de agosto, y no en la última semana de julio, lo que daría un margen mayor para negociaciar.

Pese al «no» tajante que sigue poniendo el PSOE por delante, si se pregunta en el equipo de Rajoy estos días qué probabilidades de éxito ven a la investidura, la respuesta es esta: más de un 50 por ciento. Creen que saldrá elegido en segunda votación, con ausencias del PSOE. En la reunión de hoy por la mañana con Albert Rivera, Rajoy hará primero una oferta de máximos: el Gobierno de coalición. A partir de ahí, pondrá sobre la mesa las otras opciones, que pasan por un Gobierno del PPen minoría con apoyos parlamentarios y un acuerdo programático. Lo que Rajoy quiere evitar a toda costa es que se produzca un acuerdo «tipoCUP», que a las primeras de cambio (por ejemplo, los Presupuestos), ponga al Gobierno al borde del precipício. Los populares esperan que Rivera «clarifique su discurso» para poder llevar adelante una negociación, en la que siguen teniendo muy claro que la clave es el PSOE, y no Ciudadanos. «Rajoy no va a despreciar un pacto con Ciudadanos, pero es evidente que no será suficiente».

Pero Ciudadanos no va a regalar su apoyo al candidato popular. Es más, aunque en el seno de la formación se asume que las condiciones para pedir la marcha de Rajoy han cambiado tras el resultado electoral, aunque no se plantean abandonar de entrada su marco inicial: solo estarían en un Gobierno si en la fórmula está incluído el PSOE y si no lo lidera Mariano Rajoy.

Ciudadanos fija condiciones

La formación naranja endureció ayer su posición en vísperas de la apertura oficial de negociaciones. Lo hizo después de varias intervenciones públicas de Albert Rivera la semana pasada en las que no solo no concretó su «no» a Rajoy sino que se mostró partidario de la idea inicial del presidente en funciones de resolver la investidura en julio, sino que aseguró que la opción que veía más factible era la de un Ejecutivo del PP en minoría. Ayer, el número dos del partido, José Manuel Villegas, quien siempre asume la portavocía en los momentos complejos, como en las pasadas negociaciones con el PSOE, quiso marcar distancias e insistió en que «si la investiruda es de Rajoy, nuestro voto sería en contra, estaríamos en una oposción constructiva», en la que se podría hablar, como avanzó el propio Villegas en su entrevista en ABC el pasado fin de semana, de temas fundamentales como los Presupuestos o el techo de gasto.

Rivera acudirá a la reunión sin ningún documento de exigencias, porque según apuntaban ayer desde la dirección la voluntad es «ir a escuchar». En el partido interesa especialmente ver la predisposición de Rajoy para la negociación, ya que solo un compromiso nítido por su parte con reformas de calado podría sacarles de su posición contraria. En privado se reconoce que ese cambio de postura puede darse, pero quieren que el PP se trabaje sus apoyos y también los del PSOE. Pese al tono exigente de Villegas, también quedo claro que el partido prioriza ahora que la legislatura arranque y poder pactar sus reformas antes que el rechazo que mantienen hacia Rajoy como presidente: «Lo fundamental son las reformas, la regeneración democrática y que desbloqueemos la situación, que no se repitan las elecciones».

Si Rajoy acude con esa voluntad constructiva, ciertamente sorprenderá a Rivera. Diferentes dirigentes mostraban su escepticismo sobre la primera reunión: «No se espera mucho». Aunque Rivera no llevará un documento, las principales para él se encuentran en las que en campaña presentó como las que serían sus diez medidas en su primeros cien días de gobierno, entre las que destacan: la reforma electoral, el cambio en el marco laboral, el pacto por la Educación, medidas de alivio para autónomos y un plan de emergencia social.

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