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Lorena Ruiz-Huerta explica la idea del «centro político» de Podemos en ABC - ABC
LOS PARTIDOS HABLAN SOBRE EL CENTRO POLÍTICO

Podemos: ni izquierda ni derecha, apelar a «la mayoría social»

El partido de Pablo Iglesias rechaza ubicarse en el tablero ideológico y se vanagloria de haberlo «sacudido»: «Venimos a hablar de lo que la gente ya piensa»

Desde su nacimiento, la formación morada ha pretendido cambiar el eje izquierda-derecha por el de «el pueblo y la casta»

Madrid Actualizado: Guardar
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Lo dijo Pablo Iglesias en Vistalegre y lo ha repetido como un mantra: Podemos no es izquierdas ni derechas, está con la gente. Muchos han visto ambigüedad en su discurso; otros, una estrategia medida para no ubicarse y arañar votos a ambos lados. En el partido prefieren hablar de «sentido común».

Desde su aparición, Podemos ha intentado evitar posicionarse ideológicamente. Aunque el movimiento estaba vinculado al 15-M, una masa de indignados con la que se identificaron personas de todo el espectro social, también estaba unido a la izquierda anticapitalista. La militancia de algunos de sus rostros más visibles en partidos de la izquierda más escorada y movimientos antisistema lo situaban lejos del voto moderado. El esfuerzo por romper ese eje izquierda-derecha, y reivindicarse como heredero del 15M y de su capacidad por recoger el descontento sin importar el color político anterior, siempre fue notable.

Tocaba hablar de «pueblo» y «casta». Para los votantes es más fácil ubicarse en esa dicotomía.

«Nos quisieron tomar el pelo y hacernos jugar en un tablero en el que las cartas están vendidas. Y nosotros dijimos que queríamos ocupar la centralidad en el tablero, que existe una mayoría política en este país que apuesta por la decencia», decía Pablo Iglesias hace año y medio. E introducía sí la palabra «clave» para el partido.

«La centralidad es colocar en el debate político temas que tradicionalmente han estado fuera»
Lorena Ruiz-Huerta

Podemos prefiere hablar de «centralidad» que de «centro». Quien lo explica es Lorena Ruiz-Huerta, diputada en la Asamblea de Madrid de Podemos. Para la formación, el centro es un concepto equivocado. La centralidad es «colocar en el debate político» las cuestiones que Podemos considera fundamentales y «que han estado tradicionalmente fuera del discurso de los dos grandes partidos, PP y PSOE: precariedad, modelo productivo, desigualdad o garantías constitucionales», explica. Esas que gritaban personas de uno y otro signo político en las plazas del 15-M.

El centro ideológico y la aparición de Ciudadanos

Casi un cuarto de los españoles se colocaba en el centro político en el último CIS, y alrededor de un 15%, en un cómodo «no sabe, no contesta». A Podemos, sin embargo, lo han ido ubicando cada vez más a la izquierda, barómetro tras barómetro, cediendo ese centro a Ciudadanos, al que la mayoría de personas coloca en medio de la barra ideológica.

El epicentro del discurso político de Podemos siempre ha sido «la casta»

El epicentro del discurso político siempre ha sido «la casta», aunque cada vez la pronuncien menos. El sociólogo Luis García Tójar sostiene que el principal punto de inflexión en el discurso de Podemos se produjo con la aparición de Ciudadanos, «una marca política a la que la metáfora de la casta no vale». La formación pretendía capitalizar el voto del cambio, pero ahora ya tiene un rival en ese objetivo.

El secretario general de Podemos diseñó una estrategia de moderación que convenciera a los más escépticos y lo alejara de la izquierda más escorada. El objetivo era, una vez protegidos los flancos de la izquierda, ganar votos por el centro.

Pero la ruptura con IU ha abierto un punto de fuga. Abandonar ese discurso más radical y antisistema y parte de las medidas que lo auparon en las elecciones europeas puede acabar por desangrar al partido por la izquierda, justo donde se sitúa su electorado natural y más fiel.

«La centralidad no es el centro»

«La centralidad no es el centro». Así tituló Iglesias un artículo de opinión en el que intentaba acallar las voces que le reprochaban haber virado al centro ideológico en su discurso y en sus medidas.

Iglesias hablaba en ese texto de que «los viejos ropajes identitarios de la izquierda y los viejos liderazgos de partido» no dan encaje al discurso de Podemos, que busca hablar de «justicia social» y de «denuncia de las élites responsables de la injusticia», lo que vinieron a llamar «casta».

El partido de Pablo Iglesias quería marcar la agenda, los términos del debate, ni izquierda ni derecha, y obligar al resto de partidos a posicionarse al respecto. Es lo que llamaron «ocupar la centralidad del tablero». Cuando las encuestas lo situaban en lo más alto en intención de voto, parecía que lo había conseguido. Durante meses, Podemos marcó la agenda de sus contrincantes y del debate político en la calle. Pero esa tendencia cambió el 27-S, cuando la formación morada trató de que su discurso, centrado en los derechos sociales, calara sobre unas elecciones que se habían convertido en una suerte de plebiscito para Cataluña. Podemos se perdió en tierra de nadie. Fue su primera gran derrota electoral.

«Se ha agotado la búsqueda de una centralidad desubicada»
Juan Carlos Monedero

Tras el 27-S, Juan Carlos Monedero -al que Iglesias llama la «voz de la conciencia»-, arremetió contra una fuerza política que «paga caro no ser ella misma». «Se ha agotado la búsqueda de una centralidad desubicada», advirtió, «Podemos debe volver sobre sus pasos originales o va a ser una sombra de sí misma». Más allá de Monedero, no son pocos los que exigen una vuelta a los orígenes que tantos réditos electorales les dieron. Y a juzgar por la estrategia de campaña que el partido presentó la semana pasada, Podemos volverá a agitar la bandera del 15-M e intentar hacer suya su transversalidad. Toca convencer a los indecisos.

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